No fue un sábado más. El 4 de julio fue el día en el que un plantel de Primera División de la Argentina se reunió por primera vez desde que se suspendieron las actividades de AFA por la pandemia de coronavirus. Se dio en el Gigante de Arroyito, donde la dirigencia de Rosario Central le presentó a sus jugadores a su nuevo entrenador, Cristian "Kily" González, quien a los 45 años dejó su cargo al mando de la Reserva y asumió en reemplazo de Diego Cocca (firmó hasta diciembre de 2021). Un reencuentro que se celebró bajo estrictas medidas de prevención ajustadas a los protocolos sanitarios.

Los futbolistas -al igual que el resto de los participantes de la reunión; no podía entrar nadie que no estuviera en la lista de personal habilitado- fueron citados a las 10.30 en las puertas del Gigante. Todos estuvieron obligados a lucir barbijo y debieron someterse a un test de temperatura antes de ingresar a las instalaciones. El protocolo estableció que cada uno de los que iban arribando debían dirigirse directamente al campo de juego, adonde se ubicaron 40 sillas separadas a dos metros entre sí.

Gestiones

Para reunir a sus jugadores y cuerpo técnico, Central realizó una serie de gestiones con Claudia Giaccone, secretaria de deportes de Santa Fe. Al inicio se iba a hacer todo en el gimnasio, aunque luego se cambió.

 

Compromiso

El Kily González le manifestó a sus dirigidos que "quiero que cada uno que se ponga esta camiseta, entienda lo que significa. Hay que volver a sentir ese sentido de pertenencia que tanto caracteriza a Rosario Central".