Italia, 14 de mayo.- En un agónico final, el Sevilla le ganó al Benfica en la serie de penales y se coronó campeón de la Europa League. El encuentro terminó 0 a 0 después de que disputaron los noventa minutos y el alargue.

Los portugueses no pueden creer el nuevo fracaso. Desde 1962 que no logra salir campeón de un certamen internacional pese a que se quedó con la liga portuguesa en reiteradas oportunidades.

En el encuentro jugaron los argentinos Fazio, Pareja, Gaitan y Garay. Los españoles llegaron al triunfo después de un partido muy parejo en el que los arqueros fueron las mayores figuras y las batallas se dieron en el medio campo.

La jornada no tuvo goles durante el transcurso del partido porque Beto y Oblak se convirtieron en los estandartes de sus equipos. Sacaron todo lo que pudieron y taparon los errores de sus defensores en momentos claves de la definición.

En el primer tiempo fue Sevilla el que tuvo mayor dominio de la pelota aunque se la prestaron constantemente sin tener precisión en los pases y en el final del armado de las jugadas.

El conjunto portugués reaccionó y buscó siempre atacar de la mano de Nicolás Gaitán. El ex jugador de Boca se convirtió en la bandera para llegar al área y marcar el juego del equipo en momentos donde le costaba mantener el equilibrio y el juego asociado.

La segunda mitad fue más dinámica. Reyes y Bacca pesaron más fuerte en el área pero no lograron quebrar el cero en el arco rival. Todos los intentos quedaron truncos hasta llegar al final del encuentro.

Fue una final pareja porque ninguno de los dos fue claramente superior al otro. Por momentos, Sevilla tuvo más la pelota y controló el juego en ataque, y en otros instantes del partido Benfica expuso su juego veloz y preocupó mucho a su rival.

El alargue fue una extensión de la imprecisión que abundó en el desarrollo del partido. Remates desde afuera del área que se fueron lejos, centros cruzados que no terminaron de ser profundos y buenas intenciones que se agotaron al ritmo del reloj.