Después de batallar mucho, llegando a las 14 de la obra en la que trabajaba para almorzar y luego salir a entrenar porque el domingo tenía que mostrarse para que algún equipo se fijara en él, Juan Carlos Barón, tuvo la oportunidad de ingresar al conjunto de la Asociación Mardan y, desde entonces, la fortuna no lo acompañó. Una rodada que le provocó la fractura en la clavícula lo alejó a la mitad de la temporada pasada. Otra rodada, tan o más traicionera que la anterior obliga a que ahora pase las fiestas sentado en una reposera esperando que se desinflame totalmente el golpe en su cadera para que luego de la tomografía que le realizarán hoy se determine cuál será el tratamiento de rehabilitación a seguir. Lo concreto es que hay una lesión en la pelvis y en el costado izquierdo de la cadera, producto de la caída que sufrió en la primera etapa de la Vuelta a La Bebida.

‘Estoy amargado, porque la pelee en silencio para que un equipo decidiera contratarme‘, contó el joven de 27 años que, ahora, vive de su pasión, el ciclismo.

Cuando se le consulta cómo fue la rodada, la cuenta con lujo de detalles, como si fuera un película que vio mil veces. ‘Cuando entramos a la rotonda que une calle Galíndez con la ruta que va al Dique, partió Contreras (Emiliano), después lo hizo otro, un tercer corredor y salté yo. En ese momento se me cortó la cadena, la bicicleta se me corrió, hice fuerza para sostenerla y no caerme, pero no pude. Me pegué con el cordón en el costado izquierdo (contó que al intentar frenar la máquina giró y cayó de espaldas) de mi cadera‘.

Acompañado por sus padres, Amelia Córdoba y Juan Adolfo Barón, su hermano Omar y su novia Cintia Farías, el ciclista que el año pasado festejó como un triunfo su cuarto lugar en la Doble Difunta Correa, se resignó a tener que escuchar por radio la carrera. ‘En el hospital me dijeron que tenía que estar 20 días moviéndome sólo lo indispensable, ir al baño con muletas y cuidarme de no hacer ningún esfuerzo‘, explicó. ‘Parece que no tuviera nada‘, agregó mientras se levantaba la remera y mostraba la parte inferior de su torso.

‘Tengo una mezcla de bronca con amargura, porque me sentía bien, a mi me gustan las carreras duras y ahora empezaban las más difíciles, pero no me queda otra que hacerle caso a los médicos y esperar. Déjeme agradecer a la gente de mi equipo, Mardan, a mi familia y a mis amigos que me ayudan para que este momento no se haga más duro‘, culminó.