El líder River Plate afrontará hoy un examen filtro en su carrera hacia la conquista de la Superliga cuando visite a Estudiantes de La Plata en su remodelado estadio por la 21ra. fecha.
El conjunto de Gallardo se presentará desde las 21.45 con arbitraje del neuquino Darío Herrera y luego de que haya jugado Boca, escolta a tres puntos, que desde las 19.40 recibirá al último del torneo: Godoy Cruz. El restante partido de la jornada dominguera será Arsenal contra Vélez, desde las 17.45.
La presión que supone la chance de que Boca lo alcance al menos por un rato y la calidad del rival de hoy instalan la sensación de que River rendirá la prueba más exigente de las tres que faltan para la conclusión de la Superliga.
River saltó a la punta en su primer partido oficial del año (uno que estaba postergado con Independiente) y se aferró a ella con otras cuatro victorias seguidas (Godoy Cruz, Central Córdoba, Unión y Banfield), sin ceder un punto en un segmento clave para la definición.
Después de la final de Copa Libertadores insólitamente perdida ante Flamengo y la inmediata coronación de la Copa Argentina, Gallardo se propuso encajar un pleno de triunfos en la Superliga para quitarse el estigma de no haber ganado el torneo local y, de momento, el equipo le respondió a la perfección.
La formación que Gallardo presentará tendrá un cambio obligado en relación a la última victoria ante Banfield: la vuelta del marcador chileno Paulo Díaz en reemplazo de Lucas Martínez Quarta, afectado por una lesión en el aductor derecho. El resto será el mismo.
Boca, que no le da tregua a River en la lucha por el título, recibirá hoy (19.40) al colero Godoy Cruz y que asumirá sin margen de error habida cuenta de que quedan apenas nueve puntos en juego.
Boca tiene 39 puntos y es el único escolta de River (42), con una seguidilla de tres victorias consecutivas, sobre Talleres (2-1), Atlético Tucumán (2-0) y Central Córdoba (4-0), sumado a un rendimiento colectivo muy superior en el nuevo ciclo del DT Russo, en relación al de Alfaro.
En Boca, la llegada de Russo, renovó el ánimo y el equipo cambió su forma de jugar, ahora con el estilo histórico de buscar la victoria en cualquier cancha, sin la mezquindad que mostró con Alfaro durante todo 2019. El punto fuerte del equipo es Tevez, en una versión mejorada a sus 36 años, porque recuperó la confianza y su rendimiento está en alza.