El próximo viernes comenzará una nueva edición de la carrera de ciclismo más importante del mundo: el Tour de Francia. La llamada “Grand Boucle” y también “Ronda Gala” se ha convertido, especialmente en los últimos 20 años, en la competencia de tres semanas de mayor convocatoria mediática. Superando, posiblemente no en dureza, pero si en importancia, al Giro de Italia. Y en la edición 2016 se producirá un hecho inédito y de gran importancia para el ciclismo argentino porque sus dos máximos exponentes en el pelotón internacional competirán en distintos equipos: Maximiliano Richeze (Ettix-Quick Steep) y Eduardo Sepúlveda (Fortuneo Vital Concept).

El de Bella Vista, Buenos Aires, que viene de ganar una etapa en el Tour de Suiza, tendrá como objetivo ser el último lanzador del velocista alemán Marcel Kittel, intentando que la escuadra belga imponga su poderío en las etapas llanas o de media montaña donde haya posibilidad de embalajes masivos.

El de Chubut, por su parte, arriba a su segundo Tour como jefe de filas de un equipo que confía en sus condiciones para escalar buscando lograr un lugar entre los diez primeros de la general.