Latirá, temblará y mucho más. La Bombonera tendrá hoy más de 50 mil fanáticos observando la primera final de la Libertadores. Se llegó a pagar en la reventa 118 mil pesos por un palco.

 

Hubo que esperar hasta la última vez que la Copa Libertadores se definirá con este formato de ida y vuelta para ver lo que muchos pensaron que jamás observarían en esta vida. Un Boca-River, un River-Boca definiendo el torneo más importante del continente. Paralizando no sólo a toda la Argentina, algo que solo ocurre cuando la Selección disputa un Mundial, sino buena parte del planeta. Es que el superclásico es eso: un partido que hace rato trascendió las fronteras y se convirtió en un "curriculum vitae" de la pasión argentina por el fútbol. Con sus cosas lindas y también con las otras. Esas que llevan a que este espectáculo único en la Tierra deba tener sólo hinchas locales, tanto en La Bombonera como en El Monumental dentro de dos semanas y cuando uno alzará la Copa, en una imagen que se recordará para siempre. Porque los ganadores la tendrán como un tesoro que cuidarán más que a sus propios hijos. Porque para los que pierdan será un "puñal" que no cicatrizará, acaso, jamás. El futbolero así lo entiende en su decálogo, más allá que resulte saludable desdramatizar cualquier evento deportivo.

A las 17 horas, en Brandsen 805 en la pintoresca La Boca, el local y su "primo", irán por el primer paso de una serie que generó locura en todo sentido. Causó que alguien sea capaz de pagar 118 mil pesos por ver el partido en un palco de La Bombonera. Produjo que medios periodísticos de Arabia Saudita vengan a cubrirlo. Que el mandamás de la FIFA, Gianni Infantino, se haga un espacio en su agenda digna de un presidente para observar la revancha en Núñez. Para que el propio Mauricio Macri deje de lado la cautela de jugar sin visitantes por miedo a incidentes y disponga que "ahora sí" están dadas las condiciones para disputarlo con ambas parcialidades. Algo que Daniel Angelici y Rodolfo D"Onofrío rechazaron. Una efervescencia que deriva en que TyC Sports haga una "previa" inédita desde la 1 de hoy hasta el partido, con la particularidad que no lo puede transmitir porque Fox Sports tiene los derechos.

Es decir, un frenesí que sólo Boca y River son capaces de engendrar. En tiempos de redes sociales, ya cientos de cibernautas deben tener "preparados" los memes. Los grupos de amigos en Whatsapp arderán más que nunca durante estas dos semanas tan particulares. Las "apuestas" con amigos, familiares o simples conocidos serán otro punto relevante generado por "la gran final". Para esos duelos se deja de lado cualquier crisis financiera que se atraviese con tal de no herir el orgullo del hincha.

Un dato que destaca aún más esta definición es que en el mundo no existe una "similitud" en el pasado, al menos en el fútbol. Sólo la final a un solo partido por la Champions League del 2003 entre Juventus y Milán cuenta con algunas coincidencias al tratarse de los máximos rivales de Italia.

Basta con recordar que Boca y River sólo dos veces definieron un título mano a mano, habiendo hasta el momento un empate en festejos. Por el Nacional de 1976, la alegría fue Xeneize con el gol del Chapa Suñé de tiro libre, en cancha de Racing. En marzo pasado, en el Malvinas Argentinas de Mendoza, River se quitó esa espina con el 2-0 (Gonzalo Martínez e Ignacio Scocco) al imponerse por la Supercopa Argentina. Una clara diferencia con el encuentro de hoy y el del 24 en Núñez, es que en aquellas oportunidades el color fue completo con ambas hinchadas.

El destino quiso que la final que muchos pensaron para la Copa Argentina se diera en la Libertadores. No pasó nunca y probablemente no se repita. De hecho, la Libertadores cambia su formato de finales desde el 2019 al jugarse a un partido único en una sede designada previamente. Por dos horas hoy y por la misma cantidad dentro de 14 días será el momento de apreciar un espectáculo inigualable. Más allá de los colores, un superclásico trasciende lo futbolístico. Es una muestra de la vida misma. A disfrutarlo porque habrá dos corazones, pero un solo latido: el de la pasión.

 

"En La Bombonera, firmo cualquier resultado que sea positivo para nosotros".

DANIEL ANGELICI – Pres. Boca

 

"Nos sentiremos más solos que nunca, es normal y natural porque somos visitantes".

RODOLFO D"ONOFRÍO