No era un partido más. En el banco de suplentes de Sportivo Desamparados estaba por primera vez Luis Islas. El exarquero campeón del mundo y gloria de Independiente, decidió ponerse esta noche mismo el buzo de DT y salir a dirigir al equipo frente a Cipolletti. Es que, hasta el ingreso de los equipos, todos creían que iba a ser Emanuel Guirado quien por última vez estuviera al frente del Víbora.
La expectativa del DT, los hinchas y los dirigentes no estuvo a tono con el trámite del partido y, mucho menos, con el resultado, que al final de los 90 minutos fue de 1 a 1.
El primer tiempo tuvo un inicio frenético. A los 3 minutos y cuando todos estaban recién entrando en calor, Bruno Rodríguez sorprendió a todos y abrió rápido el marcador. Delirio de la gente y euforia de Islas.
Poco duró. Dos minutos después Maximiliano Fornari puso la igualdad. Lo que eran caras con sonrisas, pasó a gestos de sorpresa y bronca por no haber podido aguantar la ventaja.
El segundo tiempo fue un puñado de intenciones, de un lado a otro la pelota pero sin hacerse daño. Lo que en el arranque del partido fue entretenido, en los 45 del complemento se tornó pesado, sin fluidez y se notó en el ánimo de los hinchas.
Si bien lo mostrado en esta noche de viernes fue pálido por parte de Sportivo, Islas tiene todo el crédito porque llegó ayer. Tendrá tiempo para trabajar en virtud que cumplirá con fecha libre y luego viajará para enfrentar a Camioneros.