En un principio Roberval iba a tener ayer domingo día de descanso porque Daniel Garnero decidió excluirlo de los 18 concentrados para recibir a La Lepra. La contractura de Sebastián Penco le abrió la puerta y el DT optó por darle una chance para estar en el banco de suplentes del equipo. Y terminó la noche del domingo como el gran héroe del hincha Verdinegro que, sin dudas, lo tiene subido al pedestal de ídolo junto a Pocrnjic y Penco. Su zurdazo a los 47′ del complemento para el 1-0 le dieron otra vez miel a sus oídos y por eso salió último de la cancha con el clásico "olé, olé, olé, negro, negro" como sonido de ambiente.
Iba un cuarto de hora del complemento y la gente, ante lo que veía en el césped, empezó a pedir por Roberval buscando en él ser el salvador de un clásico más que chato. Garnero pensó en igual sentido que el público y dejó de lado la ausencia de un entrenamiento en la previa del choque con Chacarita y aquella frase que dijo al comenzar la pasada semana con "ahora vas a tener que esperar tu oportunidad". El DT decidió entonces, y mandó adentro al brasileño y afuera Cólzera. Una maraña de aplausos se abalanzaron sobre el nacido en Pernambuco, que transita su segunda temporada en el club de Concepción pues en la anterior debió emigrar a Chile por decisión de Enrique Hrabina. Ganó un córner, desbordó en un par de ocasiones y siempre hostigó en los rechazos a los delanteros rivales, fue su aporte hasta el momento sublime en la agonía del juego. Entonces llegó su momento. El partido se moría y en el enésimo pelotazo al corazón del área medocina, arrancando entre los centrales rivales y en posición milimétrica respecto de caer en off side, Roberval vio la luz para San Martín. Rodilla, zurdazo y adentro. Extasis en el Pueblo Viejo. Festejo loco con sus compañeros cerca del banco. Beso a la alianza y saludo a la platea oeste. Un gesto de silencio en dirección a la platea este, vaya uno a saber con qué destinatario en particular, fueron sus acciones post gol. El árbitro Toia no dio tiempo para mucho más y luego de su último pitazo en la noche, los abrazos para con el punta de 25 años se multiplicaron. "Rober" se fue contra la popular norte, esa que lo bancó incondicionalmente desde su arribo en el 2008 al club, y celebró con sus compañeros una victoria que cotiza mucho más que tres puntos. Antes de bajar por el túnel se dio tiempo para hacer unas breves declaraciones, en un tono más que emotivo: "Fue una semana dura la que pasé. Le quiero agradecer al profe (por Garnero) que me dio otra chance y la pude aprovechar. Es una victoria muy importante para todos y hay que celebrarlo”, remarcó y bajó las escaleras, recibiendo por última vez en la jornada el aplauso de sus fieles hinchas.
Después de la ducha, salió tercero del camarín Verdinegro y esta vez prefirió el silencio. "Hoy no", se excusó ante la prensa. Firmó un par de autógrafos a unos hinchas, se sacó una que otra foto y emprendió la retirada hacia su casa en una noche donde lejos estuvo de estar de descanso y la terminó cerrando como el gran héroe.

