El argentino Juan Martín del Potro, sexto favorito, salvó el escollo del croata Marin Cilic (4-6, 6-3, 6-1 y 6-1) para alcanzar, por primera vez, las semifinales del Abierto de Estados Unidos, que le proporcionan, de paso, el regreso al número cinco de la clasificación mundial.
El tenista de Tandil, que salió mal parado el pasado año de los cuartos de final, abatido por el británico Andy Murray, después finalista, saldó la cuenta con el último Grand Slam del curso para consolidarse como aspirante al título.
Advertido ya como una de las raquetas capaces de hacer sombra a la hegemonía del suizo Roger Federer, el tenista argentino, convencido de su potencial, madurado mentalmente y desarrollado físicamente, afronta los duelos con determinación. Sabedor de su capacidad para hacer frente a cualquiera. Buscará su primera final en un Grand Slam contra el vencedor del choque entre el español Rafael Nadal y el chileno Fernando González, que se jugaba anoche al cierre de nuestra edición.
El tenista argentino, que resolvió el partido en dos horas y 33 minutos, tuvo la paciencia suficiente como para esperar su oportunidad ante Cilic. El croata, de la misma edad que el jugador de Tandil (por eso se enfrentaron bastante como juniors) aparecía como el tapado del torneo. Es que barrió de la pista al finalista del año pasado, Andy Murray, segundo del mundo. Y eso alertó a Del Potro.
El croata salió como un tiro. Con el desparpajo que forma parte del carácter balcánico, rompió en el primer set el saque de su rival y se apuntó el parcial. El envión le duró a Cilic hasta estar 3-1 en el segundo set, momento en el que Del Potro reaccionó, ganando ocho games seguidos. Eso hundió al croata. Y al revés del espíritu que demostró el tenista de Tandil, Cilic no supo salir del agujero. La mayor experiencia del argentino fue determinante para quedarse con el partido.

