Fue la mejor versión del modelo que predica Darío Franco para su San Martín. Con generación de juego de tres cuartos de cancha en adelante, con rotación de los futbolistas, con una agresividad tremenda y siempre generando la sensación que estaba cerca de marcar un gol. Bajo estos argumentos, el verdinegro se trepó anoche a la punta en soledad de la B Nacional tras cinco fechas al superar 3-1 a un tibio Ferro. Si la diferencia no terminó siendo mayor fue exclusivamente por la falta de puntería sanjuanina. Es que el equipo creó una docena de opciones de gol y recién respiró tranquilo a los 45′ cuando Cólzera liquidó la historia. San Martín, el único invicto que queda en el torneo, le mostró al país por la pantalla de TyC Sports que es candidato a un ascenso. Que tiene una idea clara de juego. Y que seguramente va a estar en la pelea hasta el final de temporada.
El inicio resultó frenético. A los 5′ Penco se quitó la mufa de no marcar tras seis partidos y con un derechazo encaminó todo. No fue un gol, fue un golazo y la declaración jurada de cómo son los equipos de Franco: de toda la cancha. La pelota salió de la mano de Pocrnjic, pasó por los pies de Melo y luego de Grabinski, la armó Scatolaro en su propio campo y Barreiro por derecha hizo la diferencia y mandó el centro exacto. Penco la paró en dos tiempos y clavó el derechazo cruzado, letal. Para que la motoneta otra vez tome vida. Para el 1-0 y la calma inicial. El Verdinegro, vertical a más no poder, siguió yendo por más. Barreiro, la figura de la noche con su velocidad y gambeta, lo tuvo dos veces pero se equivocó en la definición. SP9 metió un frentazo alto y el propio Barreiro hizo estirar a Champagne con un tiro libre que derivó en remate al arco. La falta de puntería, una premisa que Franco trabajó bastante durante la semana, impidió una victoria más abultada al entretiempo.
San Martín no cambió su idea en el complemento y siguió buscando. Una muestra clara de ello es que en un cuarto de hora generó cuatro chances netas: zurdazo de Floris desviado al córner, frentazo de Penco al palo, derechazo terrible de Roberval que Champagne sacó providencialmente y Sosa no la supo empujar en el área chica. No era partido, sólo era cuestión de esperar el segundo del local. Llegó a los 28′ con un testazo de Scatolaro preciso. Pero al toque, lo que parecía tranquilidad absoluta y merecida, derivó en algo de suspenso con el descuento del eterno Sava, también por la vía aérea. Entonces, Melo se hizo más ancho que nunca y desactivó cualquier alarma por arriba. San Martín no buscó la pausa y quiso liquidarlo siempre. Contó con otras chances netas, pero recién lo cerró Cólzera en el final. 3-1 y la sensación de que el mejor San Martín apareció anoche.
