La derrota iba ser muy injusta para Independiente, porque tuvo todo para liquidarlo en el primer tiempo. Pero le perdonó la vida a Vélez, que en apenas 6 minutos en el complemento le dio un ejemplo de como jugar de contra y con los goles de López, de penal, y Cristaldo dio vuelta un partido que tenía tinte rojo. No obstante la justicia y el tesón fueron vitales para que el conjunto de Avellaneda logrará empatarlo con los cabezazos de Silvera y Matheu. Para poner el 2-2 final, que además lo privó a Vélez de llegar a la cima del Torneo Apertura.

El encuentro tuvo un tiempo para cada uno, donde lo mejor estuvo en el período inicial, pese a que no hubo goles. Porque tuvo un gran juego de Independiente. Fue práctico, con un gran sentido de solidaridad y coordinación.

Néstor Silvera y Darío Gandín molestaron a los volantes de Vélez, que tenía a un Víctor Zapata desconocido, siempre complicado para crear igual que Leandro Somoza y con Fabián Cubero perdido.

Vélez estaba desacoplado, producto de que Independiente siempre estuvo bien parado. Con Ignacio Piatti que tuvo un par de situaciones, jugando de mediocampista adelantado por derecha y que a partir de allí encontró la referencia en su juego. Así, junto con Luciano Vella, se hacían difíciles de controlar por Vélez, que sólo con Federico Mancuello hería por la derecha.

Independiente se fue el descanso sin ganarlo porque en Germán Montoya estuvo la figura.

Es que Silvera lo perdió, Gandín tuvo dos y las terminó de igual manera, a Galeano lo ahogó Montoya. Mientras tanto Vélez, con Jonathan Cristaldo y Hernán Rodrigo López para penetrar contestaba a cuenta gotas. No obstante lo mejor lo tuvo adelante. Maxi Moralez y Cristaldo hicieron una doble pared y por generoso Cristaldo se le perdió cuando debía rematar.

El complemento lo encontró mejor parado a Vélez, siendo muy rápido para la recuperación y elaboración de jugadas ofensivas. Fue así que a los 9′, Carlos Matheu lo bajó a Cristaldo cuando ingresaba de frente al arco de Adrián Gabbarini. Penal que López lo tuvo que patear dos veces para poner el 1-0.

Todo lo que perdonó y erró Independiente le comenzó a pasar factura. Tras el gol metió dos variantes y se paró más adelante y quedó regalado para la contra.

Y Vélez la aprovechó. A los 15′, asistencia a Cristaldo quien en velocidad encaró y definió con clase para poner el 2-0.

La ganas y el dolor fueron bandera para el Rojo, que a los 20′ logró lo que despilfarró en la primera mitad y tras el centro, Silvera de cabeza, estableció el descuento.

El partido se abrió. Fue de ida y vuelta. Independiente fue y tuvo su premio. A los 36′, Matheu de cabeza lo empató y puso justicia por lo hecho en el inicio y por no darse por vencido.