¿Por dónde empezar o por dónde terminar? Por el gesto inexpresivo de Messi o por la furia de Otamendi… Por esa Argentina rebelde que estuvo a milímetros del milagroso empate con Francia o con esa Argentina desorientada, frágil, temerosa que sufrió este tránsito por el que debió ser "su’ Mundial para terminar eliminada, cuestionada y sin futuro. No hay por dónde empezar. Tanto daño, tanta anarquía, tantos papelones tenían que terminar en un olvidable paso del que puede que sea el peor técnico en los seleccionados argentinos a lo largo de toda su historia. Y ese papelón tiene nombre y apellido: Jorge Luis Sampaoli. Un técnico que no fue técnico, un estratega que se quedó sin estrategias, un motivador que desmotivó a todos. Un auténtico fracaso del que su promotor Claudio Tapia sindicó como el mejor técnico del mundo. Fue un paso atrás. Un salto al vacío futbolístico para una generación que llegó a tres finales y que ahora salvó los trapos de una vergonzosa salida prematura de Rusia 2018 con una rebelión interna que le puso los puntos a un Sampaoli al que se lo devoró el personaje. Y perdió dentro y fuera de la cancha.
Contratado por una cifra millonaria, con 14 ayudantes en su cuerpo técnico, con una extensión temporal que lo convertía en intocable, Sampaoli llegó a la AFA para hacer todo mal. De principio a fin. Su estilo, una mala copia de uno de verdad como Bielsa, lo primero que hizo fue distanciarlo de la prensa. Responder sin contestar, no dejarse ver, apelar a la privacidad excesiva, lo pusieron en la mira de defensores y detractores. Ahí, empezó a perder porque cuando necesitó respaldo, todos le dieron la espalda. El periodismo no juega pero pesa. Y hoy, Sampaoli lo sufrió en Rusia. Y lo sufrirá en este futuro cercano cuando lo castiguen desde todos los flancos. Sin querer, se ganó un enemigo. El cuarto poder.
Pero lo peor de su corto y nefasto ciclo estuvo en la cancha. Autocatalogado como un improvisador serial, fue víctima de su propia verborragia. Sin proyecto concreto, entregado a sus vaivenes intelectuales, Sampaoli quiso inventar lo que ya está inventado. De la línea de tres al falso 9: esa fue su olvidable propuesta para una Argentina que nunca se vio como equipo. Con lo que implica un equipo en un juego de conjunto donde las individualidades marcan diferencias, Sampaoli tuvo el mérito de debilitar a un tal Messi. En Eliminatorias, jugó 4 partidos y solamente ganó 1. Hizo amistosos de poca monta y en los que fueron de verdad, lo masacraron como España que lo goleó 6-1. En lo colectivo jamás encontró un perfil, una línea, un ADN de saber a qué jugaba Argentina. Nunca se supo. Nunca lo demostró. De insistir con su famosa línea de tres en el fondo a terminar probando con un falso nueve. Ese fue su aporte táctico para que Argentina terminara afuera del que debió ser su Mundial. Argentina nunca tuvo libreto. Argentina quedó indocumentado, sin DNI.
"Seguramente habrá parámetros de análisis que tengan que ver no solamente con si uno gana o pierde. Venía con mucha ilusión’
Jorge Sampaoli – DT Argentina
En lo individual, en lo sustancial que es el manejo de nombres, Sampaoli fracasó y feo. Edificó su falso liderazgo desde la adulación excesiva a Messi. Y en esa idea, manoseó nombres y hombres. Mauro Icardi, Lautaro Martínez, Ricardo Centurión fueron sus primeras víctimas. Los usó y los descartó. Quedaron afuera pero lo peor vendría puertas adentro con episodios poco claros con Chiquito Romero, con desmanejos y subordinación incondicional a los popes históricos, Sampaoli perdió autoridad, imagen y consenso. Y eso lo autodestruyó. La rebelión post Croacia fue el clímax de su falta de liderazgo. Le armaron el equipo y le salvaron el cargo contra Nigeria pero era ya una caricatura al frente de Argentina. Y lo más triste es que su nefasto rol volvió a tener poder de decisiones contra Francia. Salir a jugar sin nueve fue el primer desacierto, no reaccionar con cambios en el complemento fue otro. La condena final ya estaba escrita. Tal vez Sampaoli no entendió que en el fútbol está todo inventado: que el 9 hace goles, que el 10 crea, que el 5 quita, que el 2 defiende y que el 1 ataja. Así, sencillo. Y que el mérito de cada técnico es potenciar a cada nombre pero hizo todo tan mal que hasta se dio el lujo de desteñir al mejor del mundo. Nada más ni nada menos.
"Más allá del dolor hay que tener temple. El hecho de estar acá, de elegir el lugar donde quise estar no me hace evaluar la dimisión’
Jorge Sampaoli – DT Argentina
CIFRAS
20 Son los millones de dólares que habría que pagarle para rescindir su contrato que se estira hasta 2022.
3 Son los nombres que la AFA evalúa para una sucesión: Marcelo Gallardo, Diego Simeone y Mauricio Pochettino.