De un lado los “Borrachos del Tablón” con toda su artillería. Del otro, un puñado, no menos de mil, de Rosario Central. Anoche, el estadio del Bicentenario volvió a lucir como ya es característico cuando eventos de este nivel arriban a la provincia y si bien el encuentro contó con un bajo nivel futbolístico, el calor a la noche estuvo en las tribunas, que lucieron colmadas, en el caso de River, dandole un marco imponente al estadio pocitano.
El elenco millonario arribó a la provincia 22 meses después que cayera ante San Martín en la temporada 2012. Todo ese tiempo tuvieron que esperar los fanáticos para ver al club de sus amores. Por eso el furor que causó la llegada del Millo causó impresión. Comenzó la misma noche del miércoles, cuando River llegó a la provincia. Un centenar de fieles acudieron a esperar al plantel al aeropuerto, otros tantos aguardaron con banderazo incluido, la llegada del plantel al hotel céntrico donde se hospedaron. Un centenar hizo vigilia durante todo el día de ayer, esos fueron los que tuvieron premio, porque en la siesta varios jugadores salieron para firmar autógrafos y sacarse fotos. Antes, el pueblo millonario había agotado todas las plateas y populares que se pusieron en venta. Si bien el equipo de Gallardo llegó con mayoría de juveniles, eso a los hinchas no les importó, el sentimiento pudo más. En la cancha, la popular Norte lució colmada en su totalidad. En las plateas Este y Oeste Alta y Baja no cabía un alfiler. Todos quisieron ver al equipo sensación que marcha líder en el Torneo de Primera División. Todos quisieron acudir a ver esos encuentros que no se dan siempre en la provincia, un folklore digno de destacar.