La gladiadora sanjuanina Leonela Yúdica logró antenoche, en Lanús, Buenos Aires, coronarse campeona mundial de peso mosca en la versión femenina de la Organización Mundial de Boxeo (OMB), al derrotar por puntos en un inexplicable fallo dividido (un jurado la vio perder) a la uruguaya, y ahora ex campeona, Gabriela Bouvier.

Apoyada en su buena técnica pugilística, Yúdica, de escasa experiencia internacional, hizo parecer una principiante a la oriental que nunca pudo llevarla a la retadora al terreno físico.

Fue Leonela quien impuso condiciones desde el principio. Su traslación fue clave para plantear la pelea en la distancia que más le convenía, la media y larga. Al buen trabajo de piernas, la sanjuanina, le agregó su capacidad de anticipo. Más rápida y ágil que Bouvier, Yúdica dominó ampliamente la primera mitad de la contienda desarrollada a 10 asaltos. La pugilista cuyana controlaba a su rival en todos los terrenos. En el del anticipo, la martirizaba con el jab. Empleó el contragolpe con criterio y cuando conectaba y quedaba cuerpo a cuerpo, con astucia se aferraba a la humanidad de la uruguaya para no permitirle trabajar en la corta distancia, donde la fortaleza de la campeona podía hacerle daño.

Cediendo un poco la iniciativa en cuanto al control de ring, pero nunca en el ámbito de la pelea, porque siempre, menos en el último asalto fue quien más y mejor pegó, Leonela Yúdica fue edificando una victoria tan clara como convincente.

Dos jurados la vieron ganar: el uruguayo Anibal Andrade y el argentino Carlos Azzinaro (97-93), mientras que, el también uruguayo, Martín Carnevale vio ganar a su compatriota por 96-94. La tarjeta de DIARIO DE CUYO marcó 99-91, favorable a la ahora nueva monarca.

El triunfo de Yúdica se basó en un inteligente planteo de pelea y en el desparpajo que tuvo desde el primer segundo de pelea. El llamado ‘miedo escénico‘ no hizo escala en su mente. Se plantó en el medio del cuadrilátero con personalidad demostrándole a Bouvier que había subido al ring con la idea fija de destronarla.

Invicta en 11 combates, con nueve victorias y dos empates, Leonela Yúdica aún está en proceso de formación. Le sobran condiciones técnicas, las que deberá apuntalar con una preparación física acorde a peleas que serán mucho más intensas y contra rivales con más argumentos que los que tuvo Bouvier. En poco tiempo le pasaron muchas cosas, el título nacional y la corona mundial. Sabe sufrir, es guapa y quiere comerse al mundo. Con eso alcanza y sobra para soñar con muchas noches victoriosas como la de Lanús, donde tocó el cielo con las manos.