Tres jugados, tres ganados. El paraíso es de color azul en este amanecer de temporada del Argentino B porque Unión, a corazón abierto, revirtió una historia que no le fue sencilla para terminar ganando por 3-1 sobre un 9 de Julio de Morteros que lo sorprendió y lo tuvo a mal traer en el arranque mismo del partido en la gélida tarde de Rawson. Lo ganó Unión a lo Unión. Con el corazón como bandera. Bien caliente, bien a lo Unión. Con el agregado, eso sí, del acierto del entrenador Cabello para meter los cambios justos en el momento indicado.

Lejos de lo que pintaba la previa, 9 de Julio fue el que tomó las riendas del partido, ayudado por el gélido viento Sur que sopló todo el partido. En los primeros 10′ arrinconó a Unión que solamente atinó a defenderse. La pasó mal. El conjunto cordobés tuvo dos claras chances en ese comienzo y a los 14′ tradujo ese dominio inicial en ventaja cuando Bera y Banegas armaron un enorme jugadón en velocidad para que Bera definiera ante la desesperación de Biasotti. Con el 0-1 en contra y superado en lo futbolístico, tenía que aparecer el corazón azul. Ese que empuja, ese que contagia. Así, empezó a hacer pie el equipo de Cabello. Primero, equilibró la pelea en el medio y después, empezó a llegar. A los 19′ Steiner fusiló a Roccia pero el arquero visitante, a puro reflejo, sacó al corner. Unión se había agrandado y quería el empate. A los 22′ Santiago Ceballos midió su remate y la pelota se fue besando la base del palo derecho. A los 26′ Galván probó en un tiro libre y el 1 cordobés respondió muy bien. Parecía que no entraba, Que la reacción no tendría premio para Unión pero a los 43′ cuando ya tenía uno más por la expulsión de Rojas en 9 de Julio, Matías Guerra le dio con clase y malicia en un tiro libre para que Roccia dudara y quedara pagando. Era el empate. El merecido empate había llegado y anunciaba que el complemento, Unión iba a buscar el resto.

Fue así nomás en la segunda parte porque 9 de Julio se retrasó con 10 y le dejó todo el peso del juego a Unión. Estaba acelerado el Azul. Ansioso, como queriendo hacer el tercero antes que el segundo. Eso le facilitó las cosas al visitante que se agrupó con orden y le complicó de contra. A los 12′ un error en la salida de Biasotti le dejó el gol casi servido a Banegas pero el ídolo de Unión se repuso sacando una pelota infernal.

Fue el llamado de atención que detonó los cambios en Unión. A la cancha Agustín Quiroga y Marcelo Laciar, para buscar la victoria. Le salió redondita a Cabello porque el Cuco, a los 27′ en la primera que tuvo, dibujó fantasía en el aire para resolver de media chilena un centro que Ceballos le peinó entrando por el primer palo. Golazo para poner el 2-1 y soltar definitivamente a Unión. Porque lo que vino fue lo mejor colectivamente del equipo de Rawson. Con precisión, con profundidad, llegó a la liquidación del partido cuando Santiago Ceballos y Silvio Prieto armaron una gran contra que terminó habilitando a Laciar para poner el 3-1 final. Unión no se despierta del sueño. Déjenlo, Motivos, le sobran.