El Sabalero llevaba bastante tiempo pidiéndole una al barba. Y anoche las plegarias fueron respondidas y se le acomodaron los tantos para que se terminara la malaria. Después, habrá que analizar gracias a qué Barba fue, si al de arriba o al que volvió a sentarse en el banco de suplentes después de dos años.
En el reestreno de Eduardo Domínguez como DT, Colón recuperó la sonrisa y obtuvo una victoria clave como visitante en el Gigante de Arroyito. Un triunfo que no sólo le permitió cortar la racha de diez encuentros sin ganar (ocho de los cuales fueron derrotas…), sino también terminar la fecha y arrancar la cuarentena fuera de la zona de descenso. El entrenador ya hace milagros…
A Domínguez le alcanzó con desempolvar el manual de “cómo hacer las cosas simples” para sacar al Sabalero del infierno. Con un 4-4-2 ordenadito y rápido para contraatacar, su equipo se abusó de las tremendas falencias defensivas de Central para sacar una diferencia letal en el primer tiempo. Colón abrió la cuenta con un cabezazo de Rafael Delgado tras una serie de rebotes, pero los tiros de gracia los pegó apenas unos minutos después, en el momento en el que al Canalla se le quemaron todos los papeles y la ansiedad se lo llevó puesto. Pereyra falló un pase simple en la mitad de la cancha y Wilson Morelo salió disparado al ataque para luego gambetear a Ledesma y definir con el arco vacío.
Y el tercero apareció tras un berrinche del local, que se quedó reclamando una mano de Olivera en el área (difícil de observar hasta en la TV) y dejó venir la respuesta del Negro, que nuevamente comandó Morelo y resolvió Chancalay, poniendo el 3-0 cuando sólo iba media hora de partido.
En el complemento, Colón se replegó de más y Ruben descontó, aunque Central no logró ponerlo contra las cuerdas. Con el ingreso de Viatri, la visita tuvo más la pelota y se aseguró ser el único vencedor entre los que pelea por zafar del descenso. Con el Barba en el banco es otra cosa.