Chile, 5 de julio.- Figura descomunal en el partido ante Paraguay, Messi no pudo destacarse ayer en la final contra Chile. Y Argentina lo sintió. Por eso, nuevamente se quedó en las puertas de la gloria. Hundido en el desconsuelo, el capitán de la albiceleste se sentó sobre el césped, tratando de pasar desapercibido.

Sin embargo, la tarea fue imposible. Es que el crack del Barcelona es una especie de superhéroe para los más chicos, que no paran de idolatrarlo. Algunos se le acercaron, otros lo consolaron y varios, sin poder creer que lo tenían frente a sus ojos, se limitaron a verlo con admiración.