Las mieles de la Supercopa, de pronto, desaparecieron en el paladar de todo River. No es invencible este equipo de Marcelo Gallardo, aunque a veces lo parezca. Y Argentinos Juniors lo demostró llevándose un triunfo de visitante por 1-0 con un golazo del juvenil Gabriel Florentín.
Justo antes de un nuevo Superclásico. Justo después del show de goles de Boca en el 7-1 ante Vélez. El River del Muñeco tuvo una noche desconocida por la Copa de la Liga profesional. Así y todo pudo haberlo ganado, pero se topó con un sólido Lucas Chaves. Y los dirigidos por el Mariscal supieron resistir y acertar en el arco de enfrente para ganar su primer partido en el torneo y tomar aire.
La postura saludable del equipo visitante le entregó dinamismo y entretenimiento al partido de la agradable noche en el renovado Monumental. Argentinos llegó a Núñez a proponerle a River un duelo molesto, tratando de ahogarle la salida limpia del fondo con una buena presión lejos de su arco.
Claro que el riesgo que corría quedó al descubierto a los pocos minutos: cualquier error sería entregarle en bandeja al local una oportunidad manifiesta de gol. Y fue Franco Moyano quien pifió tratando de dominar una pelota en el medio. La finalización de esa jugada se dio en el zurdazo al travesaño de Milton Casco.
Gabriel Milito no vio a sus muchachos bien parados y no esperó en mover piezas, pero sin sacar a nadie: cambió el dibujo y pasó del 4-3-3 a un 3-4-3, cerrando a Jonatan Gómez al doble cinco junto con Moyano.
El Bicho y su pressing tuvieron su chance. De un lateral ofensivo, Robert Rojas cabeceó defectuoso para atrás y el balón le cayó a Gabriel Hauche, quien remató. Franco Armani se quedó con ese disparo en sus guantes. Pero se quedó en esa Argentinos, que de a poco fue perdiendo terreno empujado por un River con ímpetu, aunque lejos del fútbol que entregó en Santiago del Estero ante Racing.
El primer paso de Enzo Pérez, siempre certero, iniciaba un circuito que sufría cortos ante las imprecisiones de Nicolás de la Cruz y de Jorge Carrascal, esta vez parado más de enlace detrás de los puntas. Le costó al Millonario pisar el terreno de Lucas Chaves con voracidad. Más allá de ese tiro al palo horizontal de Casco, tardó en volver a acercarse de modo peligroso.
De hecho, hay que remitirse al final de la primera parte para encontrar la polémica de un penal que reclamó todo River de Elías Gómez sobre Matías Suárez. Sin embargo, el delantero pareció inducir la falta, que el árbitro Nicolás Lamolina no compró. De todos modos, el juez debió previamente echar al delantero de la banda roja por doble amarilla.
Del otro lado, los de La Paternal volvieron a sorprender, esta vez con un contraataque que dejó mano a mano a Hauche con un enorme Armani, que desactivo con su cuerpo lo que era el 1-0 visitante.
Tan mal vio Gallardo a su River que en el entretiempo metió tres cambios: adentro Jonatan Maidana (debutó en este nuevo ciclo), Agustín Palavecino y Rafael Santos Borré (no fue titular porque arrastraba un golpe en la cresta ilíaca); afuera Rojas (por un golpe), Carrascal y Suárez (que corría riesgo por estar amonestado).
Las modificaciones fueron un despertador. River activó su agresividad y aceleró dos marchas. Chaves le sacó un gol casi hecho a Alvarez tras una falla de Quintana. El mismo defensor se le cayó encima de Santos Borré: penal no sancionado por Lamolina. Un desborde eléctrico por la derecha de Alvarez cayó en la cabeza de Borré y rebotó en el palo de un Argentinos que ahora sí se vio contra las cuerdas.
Pero no aprovechó el momento de furia el dueño de casa. Pudo quedarse con uno menos si Lamolina le hubiera sacado la correspondiente tarjeta roja a Paulo Díaz por un planchazo descalificador. Zafó de otra contra del Bicho, frustrada por la rápida intervención de Enzo Pérez.
Y no se salvó del bombazo del chico Florentín, que sorprendió a Armani y a todo River. La derrota apagó el jolgorio arrastrado por la goleada en Santiago y cayó de manera inoportuna justo antes de visitar a Boca.