El cambio de técnico le cambió la cara. Este Desamparados es otro. Con los mismos pibes y con otra actitud. Un triunfo, que lo alejó del fantasma de la promoción y le subió el ánimo para llegar con el viento a favor al clásico ante San Martín. El Víbora perdía 1-0, pero con ayuda del viento sur lo igualó y sobre el final lo ganó, 2-1. Marquesado pagó por pecador, por perdonar tanto en el área rival, sobre todo en el segundo tiempo, cuando remó contra el viento.

En el comienzo poco había pasado. El viento hacía todo más difícil, tratar bien el balón era imposible. Sobre los 30′ el arquero Mingolla chocó con Tello y el uno cayó en seco y fue llevado al hospital, gracias a Dios, sólo fue un golpe. Marquesado con la velocidad de Olivarez y la claridad de Videla inclinó la balanza, pero Olivarez y Cano no podían quebrar el cero. En Desamparados había mucha descoordinación e imprecisión. El Far West tenía el viento a su favor y lo supo aprovechar con un tiro libre de Bernardini, que sorprendió a Sambor para el 1-0.

En la parte final Sportivo despertó. Guirado y Rodríguez marcaron la diferencia. Antes del gol Víbora Tello y Olivarez se comieron 2 goles increíbles. El empate llegó por intermedio de Ortiz, que tocó apenas el balón, pero el viento le dio otra velocidad inatajable para López.

Sportivo proponía y Marquesado esperaba. Tello no estaba en su tarde y seguía perdonando. Los goles que no se hacen en un arco se pagan en el propio. Frase que Desamparados llevó a los hechos sobre el final. Guirado desparramó con gambetas a la defensa, le pegó y López dio rebote. Ahí apareció Ochoa para estampar la victoria y llegar con viento a favor al clásico.