Así como fue en su época de exquisito jugador, Alfredo Molina mantiene el bajo perfil. Fiel a su estilo, el entrenador de San Lorenzo campeón siempre propuso buen juego, buen trato de pelota y una apuesta ofensiva en todas las canchas. Los frutos se fueron dando desde que asumió hace más de tres años en la Primera B local, primero. Luego, con el ascenso a la Primera A. San Lorenzo empezó a ser protagonista y era solo cuestión de tiempo para que llegaran los resultados importantes. En este 2022, era el momento. En el Torneo de Invierno se quedó en las puertas de la final tras la escandalosa definición con Aberastain de Pocito. Querían revancha y en el Torneo de Verano la tuvieron. Mano a mano contra Unión en toda la fase clasificatoria, el Santo se quedó con el primer escalón y fue dejando rivales en el camino. Primero a Alianza, después a San Martín y finalmente la serie decisiva con Desamparados. Llegó la Superfinal y la victoria ante Unión por penales que Molina disfrutó con su sello. Primero se abrazó con su cuerpo técnico y luego lo analizó: ‘Es un momento muy lindo para todos los que somos de Ullum. Es un sueño hecho realidad con el sacrificio y la humildad de todos. El plantel, los dirigentes, los colaboradores. Todos aportaron lo suyo para poder obtener esto. San Lorenzo hace un sacrificio enorme en cada partido para poder crecer y creo que este título es el premio para tanta entrega de todos’.