Estuvieron todos. Desde el Dr. Justo Sarmiento, hasta el Negro Romero. Nadie podía faltar porque Sport Argentino es algo que se lleva en la sangre, tal cual lo personifican los propios hijos de Aldo Sarmiento, sporinos de pura sangre. Era la fiesta y no importaba calor ni nada. A cancha llena. Como se juegan las finales y como Sport Argentino siempre juega. Atrás han quedado esos 86 años de existencia y muchos ni saben que este Sport tomó los colores y el nombre de un viejo circo que en el invierno de 1926 se asentó en la calle La Laja y El Zanjón para ser inspirador de esta pasión que hoy es Sport Argentino en este Albardón contemporáneo y pujante. Las remodelaciones en la Talquera, los nuevos pilares del alambrado olímpico y el tímido césped del campo de juego le dieron color a la más auténtica fiesta Sporina. Sufrieron con el gol de Rincón, les volvió el alma con ese electrizante show de 120 segundos en los que Sport se pudo arriba. Y volvieron a comerse las uñas cuando Garín empató el marcador. Pero había que alentar y alentar. Como siempre. Hasta que llegó el final y se desató el carnaval en Albardón, con caravana incluida para mostrar orgullosos el bicampeonato de un equipo que nació de un circo, allá tiempo y hace mucho.