Lo impensado lo hizo posible San Martín en el Hilario Sánchez ante Huracán. Ayer tuvo una levantada heroica cuando parecía que el invicto de 18 partidos de local se le escapaba. Porque tras un primer tiempo para el olvido donde recibió dos goles antes del cuarto de hora, cambió rotundamente su imagen en el complemento y con más corazón que juego, pero avalado en los cambios que hizo Mayor como signo distintivo, el Verdinegro encontró el triunfo 3-2 a tres minutos del final sobre el Globo, en una muestra de carácter y de nunca caerse ante la adversidad. Ganó tras 5 fechas, sumó 3 puntos vitales y ante un rival directo.
Fue cómo pasar del infierno al cielo. De revivir cuando las críticas abundaban en las tribunas. De mostrar que de local no puede dejar puntos, y de un poder de convencimiento que fue más allá de lo que los jugadores hicieron con los pies, ya que el triunfo se gestó en la garra y se obtuvo con el corazón.
Y es que la tarde comenzó muy mal. A los 2’, Abila capitalizó un grueso error defensivo entre Pinto y Mattia y puso arriba a Huracán. Encima, antes de los 13’, otra errática marca en el fondo sanjuanino le permitió a Distéfano poner el 2-0.
Impensado, pero que tuvo su porqué, ya que San Martín empezó mal parado, falto de coordinación y le costó tener la pelota, ante un Huracán bien parado, práctico y que sin dejar espacios encontró a un Espinoza incontrolable (que se perdió un gol hecho tras el tiro en el travesaño de Abila) y eje para que el Globo sorprendiera.
Recién pasados los 20’, San Martín tuvo algo de aire en base al trabajo de Navarro y marca de Pelaitay en el medio. Pero no era suficiente y en cada ataque la visita estaba cerca del tercero.
Pero el pésimo inicio se comenzó a revertir a los 46’, cuando descontó Pumpido, tras el tiro de esquina que metió en el área de cabeza Figueroa, Vismara despejó mal y le permitió la tijera al ex Acassuso para el 2-1 clave para lo que vino en el complemento.
Porque San Martín cambió en todo sentido. Desde nombres con los claves ingresos de Vitti, Gelabert y González, el sistema de pararse siendo netamente ofensivo y resignando marca, y la apuesta lo sonrió al final.
Huracán se cuidó, apostó a la contra y el Verdinegro se refundó. A los 27’, Vitti empató con un tiro libre que se desvió en la barrera y todo lo que vino fue empuje con el alma y el corazón. El que explotó sobre los 42’ con un regalo de Arano, que Figueroa aprovechó para ganar un partido impensado, pero que lo hizo posible y con un sabor heroico.

