Seguramente ni en el más remoto sueño se imaginó pasar por este presente. Matías Garrido, el “Gambetita”, que viene de ascender a Primera División con Patronato de Paraná, cerrará el próximo jueves un año inolvidable y por varios motivos: logró el sueño de todo pibe de ascender a la máxima categoría siendo una de las figuras del “Patrón” incluso marcando un gol en esa final. Pero no sólo en lo futbolístico el 2015 le trajo buenas, en lo familiar también, porque a fines de este ciclo nacieron Julieta y Agostina, las mellizas que llegaron para sumarse a la familia Garrido. Por todo eso, el año para el futbolista que acunó Peñarol pero que tuvo su salto con Desamparados ascendiendo a la B Nacional, será muy difícil de olvidar.
“La verdad que es un año soñado en todo. El ascenso y el nacimiento de las mellis se dio casi al mismo tiempo, no puedo pedir más”, contó Matías cuando recibió a DIARIO DE CUYO en su casa del Barrio Sarmiento en su Chimbas natal. El ascenso con el “Patrón” significó el segundo en la cuenta personal del chimbero que tras ascender con Desamparados en el 2011, consiguió el 6 de este mes cumplir su gran sueño y siendo una pieza clave. Patronato había perdido 3-1 ante Santamarina en Tandil en la final de ida, y en la revancha Garrido abrió el marcador con un golazo de tiro libre que ayudó para, con el 2-0 que vino después, estirar la definición a los penales, donde Patronato se impuso 6-5. “Peleamos el torneo de punta a punta y lo culminamos de la mejor manera. Pude cumplir lo que siempre soñé, ahora queda dar el otro paso que es tratar de jugar en Primera, ojalá se dé”, expresó y sobre su gol valoró: “Mi gol más lindo había sido uno ante Talleres jugando en Sportivo. Un tiro libre que puso el 2-2 en tiempo de descuento. Significó mucho para mí porque silenció el Chateau colmadísimo de gente. Pero éste por el contexto y por ser una final sin dudas que es el más importante. Conseguimos algo muy importante para el club y para la ciudad”, expresó quien esa noche tuvo a sus amigos de la infancia alentándolo desde la tribuna.
Claro, entremedio de la entrevista fue inevitable que las mellis no dieran la nota. Mientras Laura alzaba a Agostina, Matías tenía en sus brazos a Julieta y Josefina, la mayor y que cumplió dos años ayer, también pedía que le prestaran atención. “Si bien son mellizas parece que fueran trillizas, porque Jose también es chiquita y lleva su tiempo” contó el Gambetita. Y sí, la rutina de Matías y Laura dio un giro de 180 grados con el nacimiento de las bebas. “Es una tarea importante porque te lleva mucho tiempo todo. Estamos desde las 4 de la tarde por tomar mates y recién tomamos dos. Entre bañarlas, cambiarlas, darles la leche se te pasa el tiempo volando. Igual es algo lindo porque nunca te imaginás que vas a tener mellizas, quizás por ahí lo tirás en chiste pero que te toque es hermoso porque decís, ‘me tocó a mí’, además vinieron con el ascenso bajo el brazo”, afirmó y entre risas admitió que más de una vez las confundió. “Y sí, es difícil. No son iguales pero son muy parecidas pero por ahí las ves de lejos y no sabes si es Agos o Juli. Laura la tiene más clara porque pasa más tiempo con ellas”. Sobre la llegada del heredero, Garrido se puso un freno. “Cuando nos dijeron que eran dos, dije ‘ojalá toque un varón’ pero no se dio, lo importante es que nacieron bien y después si alguna decide jugar al fútbol la voy a apoyar. Por el momento la llegada del varón no está en los planes”, afirmó entre risas.
Sobre su futuro inmediato, Matías fue cauto. “Disfruto el presente, ojalá se dé todo como está planeado”, cerró.
