Luego del susto que generó una nueva recaída en La Liga, Lionel Messi volvió a la titularidad en el partido que animaron el Barcelona y el Inter en el Camp Nou, válido por la segunda fecha del Grupo F de la Champions League.

Como ambos equipos tuvieron un debut detestable (el Culé rescató un empate en su visita a Dortmund ante el Borussia y el Nerazzurri sufrió una igualdad con el Slavia de Praga en Milán), la obligación de ganar se presentaba como una necesidad básica en las aspiraciones de clasificar a los octavos de final del torneo más codiciado del continente.

La presencia del astro rosarino junto a Luis Suárez y Antoine Griezmann representaba una amenaza constante para Handanovic, pero el que pegó primero fue el elenco italiano gracias al talento de Lautaro Martínez. Una rápida salida encontró a la sociedad compuesta por Alexis Sánchez y el ídolo de Racing para que el bahiense defina cruzado ante el desesperado movimiento de Marc ter Stegen. El prematuro 1 a 0 cargó de suspenso a la capital catalana.

La reacción blaugrana llegó a través de las proyecciones de Sergi Roberto, quien lastimó por la banda derecha y buscó a la figura francesa en cada centro. El cabezazo del ex Atlético Madrid y Real Sociedad que terminó en el techo del arco fue la más clara para llegar al empate.

Algunos remates de media distancia de Busquets y Messi fueron algunos recursos para emparejar el marcador, pero las intervenciones de Lautaro Martínez continuaban haciendo daño a la última línea local. De no ser por el arquero alemán, la diferencia pudo ser más amplia.

En el complemento Valverde buscó mayor peso en la ofensiva con la salida de Busquets y el ingreso de Arturo Vidal. El chileno entró para mejorar el circuito del ataque y conectar al tridente que estaba deslucido.

Una aparición de la Pulga, un centro del ex Bayern Múnich y una volea impresionante de Luis Suárez le dieron la razón al técnico: golazo para el 1 a 1.

El Inter era mejor en lo colectivo. Apostaba por el ADN del Barcelona para golpearlo con su propia fórmula, pero la calidad individual de los sudamericanos evitó la caída del dueño de casa. Además, con el marcador empatado el Blaugrana recuperó la confianza y el dominio del pleito.

Así, cuando restaban 6 minutos para el cierre, Leo Messi se adueñó de la pelota para desestabilizar a la defensa italiana y abastecer a Luis Suárez, quien se sacó de encima a su marca con una maniobra inesperada y definió ante la salida de Handanovic. El Barcelona justificó la victoria por lo realizado en el segundo tiempo y la ambición del artillero oriental y la clase del mejor jugador del mundo.

Con los tres puntos garantizados el combinado español tomó oxígeno, ya que se ubicó en la cima de su zona junto al Borussia Dortmund y cambió la pálida imagen que había dejado en Alemania. El Inter, en tanto, deberá reponerse al duro golpe cuando reciba en Milan al elenco germano. Un duelo que podría empezar a definir el grupo.