Un gol de Luis Suárez y otro de Lionel Messi, antes de la primera media hora, dieron la vuelta a la eliminatoria de cuartos de final de la Copa del Rey contra el Espanyol, que no pudo hacer valer en el Camp Nou el 1-0 logrado en el partido de ida y que se vio dominado, de principio a fin, por el Barcelona. La particularidad es que Messi anotó el gol 4.000 en la historia del club azulgrana en partidos oficiales disputados en el Camp Nou.
Pese a lo corto del resultado, el “Rey de Copas” y vigente campeón de la competición, se impuso con autoridad y estará en el bombo de semifinales por octava temporada consecutiva.
El Espanyol, que había perdido en sus últimas diez visitas al Camp Nou, acusó el miedo escénico desde el pitido inicial. A los nueve minutos, el Barça ya había igualado la eliminatoria gracias a un cabezo de Luis Suárez.
La jugada la había empezado, cuando no, Messi, que esta vez no empezó el partido dosificando esfuerzos, como en otras ocasiones, sino que se puso al mando de las operaciones desde el inicio.
Y así, en torno a la figura de astro argentino, construyó el Barcelona su fútbol, hilvanado a ritmo infernal, pero impreciso en los metros finales.
La suerte se alió con el conjunto azulgrana a los 25 minutos, cuando Messi recuperó una pelota en la frontal y armó su pierna izquierda para hacer el segundo, en colaboración con el visitante Naldo, que desviaba la trayectoria del balón para desgracia de Pau López.
Espanyol, pese a que con un solo tanto, firmaba la gesta lo intentó pero en el complemento apenas se acercó al arco defendido ayer por Cillessen. El Barcelona, avisado del “Leganazo” de la víspera en el Bernabéu, no dio opción a un nueva sorpresa y jugará su octava semifinal consecutiva.