Son esos momentos que marcan historia. Que señalan para siempre y elevan a la categoría de ídolo. Son esos momentos que se sueñan, se disfrutan y se sufren a la vez. Y en esta ocasión, para Sportivo Peñarol, el momento soñado estuvo vestido con la camiseta número 1 del ya legendario arquero Carlos Biasotti quien como alguna vez fue su verdugo en una definición de un Oficial en el 2014 cuando fue clave en los penales, esta vez Biasotti fue el talismán ganador del Bohemio para meterlo en la finalísima de la Primera Rueda del Oficial 2017.
Fue artífice, genio y figura. Tapó 3 de los 10 penales y marcó el decisivo para que Peñarol se ponga cara a cara contra Atenas el próximo miércoles para buscarle dueño a la primera parte del torneo máximo de la Liga Sanjuanina. Hubo antes un partido parejo, que no levantó nunca el vuelo que se esperaba y en el que Peñarol tuvo las opciones más claras en el comienzo mismo con dos apariciones a fondo de Carlos Chavez. Después, todo se emparejó para abajo y no sobraron ocasiones de peligro. En el complemento, Peñarol fue el que propuso algo más de entrada y Facundo Mallea fue el salvador de Alianza sacando una pelota sobre la línea que Francisco Fernández ya había mandado al gol. La respuesta de Alianza llegó casi en el mismo final cuando el Gato Pereira tuvo una de frente y su remate fue trabado en el último suspiro cuando ya lo tenía medido a Biasotti. Llegaron los penales. Una serie interminable. Emotiva y consagratoria para Carlos Biasotti que empezó viendo como el experimentado Daniel Garipe estrellaba su remate en el travesaño. Después acertaron de un lado y del otro: Brizuela y Pereira.
Y en el tercero de la serie, Carlos empezó su recital sacándole el penal a Germán Garipe cuando ya antes Chavez había desviado el de Peñarol. Volvieron a acertar por duplicado Ceballos, Torres, Jairo Díaz y Blas Díaz. Todo parejo. 3-3 en ese instante. Siguieron y no se equivocaron Fernández ni Presioza en Peñarol ni tampoco Ferreyra en el Lechuzo pero en el octavo penal de la serie, Biasotti se agrandó para amargar al pibe Mallea, después a Merino y finalmente a Olivera, sin contar que en el décimo remate de esa serie, el propio Carlos convirtió para poner el 6-5 que fue pasaje a la final. Un domingo para no olvidar.
EUFORIA BOHEMIA
Un grito atragantado de un grande en serio
Peñarol es especial. Tiene mística, mezcla de pueblo y pasiones incontroblables y después de la angustiosa clasificación a la final de la Primera Rueda del Oficial, en el campo de juego sobraron emociones para disfrutar este momento que un grande como el Bohemio necesitaba: ‘Es un triunfo de los muchachos. El premio al esfuerzo de todos los días. Jugar una final es lo mejor que te puede pasar como jugador y ellos se lo merecen’ analizó medido Marcelo Ontivero, el entrenador de Peñarol.
Para Carlos Biasotti, las sensaciones fueron más intensas: ‘Es lindo esto. Vivir estos momentos marcan para siempre y con este club yo estoy más que feliz. Me tocó ser protagonista y acertar en los penales pero creo que este grupo es el artífice de esta clasificación y ellos se lo merecen de corazón por su humildad y sacrificio’.
Claves
Experiencia. El oficio, la veteranía y la sobriedad en una instancia definitoria como los penales fue decisiva en Peñarol con Carlos Biasotti que terminó siendo genio y figura de la definición atajando tres y convirtiendo su penal.
Juventud. Atlético Alianza pagó el alto precio de los pecados de juventud porque promesas como Germán Garipe, Facundo Mallea o Pedro Olivera aprendieron con una caída que en el fútbol el oficio también pesa.