La Selección de fútbol de Brasil, anfitrión del Mundial, comenzó ayer su preparación en medio de una manifestación de profesores enfurecidos por los astronómicos gastos para el torneo. El plantel se reunió en un hotel de Río de Janeiro para luego viajar en autobús hasta la concentración, a unos 100 kilómetros al norte de la ciudad. Pero manifestantes bloquearon durante unos instantes la salida del autobús, dando puñetazos y puntapiés al vehículo.