El héroe de Colombia es Yerry Mina. Sí, el central del Barcelona que tantos chistes ha soportado esta temporada. Fue él que dio la clasificación a Colombia con un golazo de cabeza en el minuto 74. Puso el balón en juego Quintero y remató como una bestia Mina, que saltó más que nadie y que mandó un misil con la cabeza a la portería de N’Diaye. Un golazo que gritó todo Colombia, presente en masa en el Samara Arena, teñido de amarillo para gritar que su Selección estará otra vez entre las 16 mejores del mundo. Senegal rozó ese honor, pero se va entre lágrimas. Lo hace con la cabeza muy alta, demostrando que es la mejor africana ahora mismo, y lamentando su fortuna en este Mundial. Empatada a puntos con Japón, se va por las tarjetas.
Hasta el gol de Mina, Colombia caminaba por la cuerda floja del Mundial. Estuvo 60 minutos fuera de Rusia y se metió momentáneamente como segunda a la hora del partido gracias al gol de Polonia en el otro partido del grupo. Con el cabezazo de Yerry se aseguraba la primera plaza del grupo y se colaba en el lado más frágil del cuadro, si bien es cierto que en Octavos debe pasar el escollo del grupo H.
"Trabajamos muy bien las pelotas paradas y no es casualidad que tengamos buenos ejecutantes y buenos cabeceadores"
José Pekerman – DT Colombia
Sí que cortó la respiración a los 25.000 colombianos Sadio Mané, que cayó en el área cuando se disponía a rematar ante el meta colombiano. Sánchez rebañó el balón y el colegiado Milorad Mazic pitó penal. Se hizo el silencio en el estadio, hasta que el árbitro recurrió al VAR. Entonces en la grada empezó la fiesta. Porque la revisión de las jugadas se ha convertido en la nueva salsa del fútbol. Le aporta justicia, emoción y la gente disfruta cuando el árbitro dibuja en el área el rectángulo. Efectivamente, el defensa de Colombia había tocado la pelota y el colegiado serbio se echó atrás en su decisión. Con 0-0 se llegó al descanso, con Senegal clasificada y con Colombia eliminada.
Así que el tanto tenía que llegar a balón parado. Y llegó. Con Yerri Mina de protagonista y sus casi dos metros de altura (1,95). El centro de Quintero desde el lado derecho fue perfecto y el cabezazo de Mina también. Inapelable. El gol le daba un buen colchón a Colombia para estar en los octavos, pero lejos de jugar con más calma, gestionó mal el final del encuentro. Volvió a perder el control y dejó que Senegal le diera un par de buenos sustos.