La carrera se prestó para esto. Bastaba con ver las piruetas de un biker encima de su bici y sin dejar de andar, para sacar el celular de su bolsillo para tomarse una foto con el “Hongo” de fondo. O sino en lo que quedó del “Submarino”, donde el puesto de hidratación en la parte más dura de la competencia obligaba a todos a detenerse aunque sea unos segundos. Entonces, con cámara en mano o simplemente con celulares, todos guardaban su imagen para el recuerdo. Claro, todos se mostraron sorprendidos por como quedó esa figura histórica y no quisieron perderse detalle de eso. Un grupo de mendocinos, oriundos de Junín, se preguntaban en ese lapso de no más de cinco minutos del parate, lo increíble que puede resultar la erosión de la naturaleza capaz de modificar la imagen de esa formación con millones de años encima. El cicloturismo fue el boom ayer en Ischigualasto. Muy pocos lo corrieron para ganar. Todo el mundo se animó una vez más al Desafío enamorados de esa belleza que ofrece el Parque Triásico.
Cicloturismo en medio del Parque

