Corrían 7 minutos del segundo tiempo en Durban, cuando Gelson Fernandes, un suizo nacido en Cabo Verde, introducía el balón en el arco de Iker Casillas tras una confusa jugada. Ottmar Hitzfeld, el entrenador suizo, lo había puesto para defender, pero terminó convirtiéndose en el verdugo de España y en el jugador del partido que entró ayer en la leyenda del fútbol suizo al lograr el gol que marcó la primera victoria (1-0) sobre España en toda la historia, en el debut del Grupo H.
El mediocampista, un actor secundario, un hombre que el Manchester City cedió al Saint Etienne francés, llegó a Suiza junto a su madre a los cinco años procedente de Cabo Verde. Su padre había conseguido trabajo en Sitten un año antes y al fin podía reunir a toda la familia.
Unos años después, se convirtió en capitán de la selección Sub-21 y hoy, a los 23 años, es indiscutible en el cuadro de Hitzfeld, un equipo que ha sabido aprovechar los talentos procedentes de la inmigración y que ha dado el mayor golpe del Mundial hasta ahora a base de tesón y fe.
Fue realmente un batacazo porque por primera vez en la que es su decimotercera participación en un Mundial, España se presentó en Sudáfrica con la obligación de trasladar a nivel ecuménico su gran rendimiento en la Eurocopa 2008, en la que se consagró campeón.
Fiel a su estilo paciente, España tomó la iniciativa y manejó a placer el balón porque Suiza, como se esperaba, salió muy retrasado con sus líneas, donde si bien apostaron sólo a defenderse, no resignaron cuando pudieron salir rápido de contragolpe. El problema de la "Roja" fue que le costó penetrar.
Suiza finalmente aguantó y llevó un triunfo tan inesperado como valioso. Cayó un candidato al título. Aunque todavía le queda tiempo para recuperarse. ¿Lo logrará?
Fuentes: elmundo.es y urgente24.com

