La nota empezó en una parte desocupada del club Concepción. Ahí los gritos de la cancha estaban lejos. Se jugaba el primer día de las semifinales de la Liga Nacional A-2. Estaba ideal para hablar en ese sector sin arreglar que da al portón de la calle Caseros. La conversación largó con una anécdota del 2004 en ese mismo lugar. Su sonrisa pícara ya dio a entender algo. Más todavía cuando dijo "preferiría no contar ese momento. No fue muy feliz porque cuando hay peleas no vale la pena recordarlo…".
Jorge Castro, el "Bebe" para el ambiente del hockey sobre patines, largaba así su charla con DIARIO DE CUYO. El ex arquero de Olimpia se fue a Caucete, se retiró como jugador en la Unión Deportiva y después siguió en el cargo de técnico, lo que es en la actualidad. Llegó a ese lugar porque visitaba a su novia (Ximena Rodríguez), hoy su esposa, con quien tienen una hija (Antonella, de 6 años). El "Bebe", ya un caucetero pleno, sigue metido en el ambiente del hockey. Hace un par de meses estuvo en China, siendo el ayudante técnico de Eduardo Quiroga en el seleccionado nacional Sub-20. Un tipo amable, conversador…
– ¿Este lugar te trae muchos recuerdos?
– Como dije, aquel momento prefiero no recordarlo pero acá en Concepción tengo muchos recuerdos lindos. Sobre todo con Olimpia. He jugado muchos partidos. Bueno, hace varios años era el clásico Concepción-Olimpia y eso significaba muchas cosas. Venir a jugar acá era especial. Se vivía a full. La previa también. En realidad la semana entera.
– ¿Vos empezaste a jugar al hockey en Olimpia?
No, empecé en el Barrio Rivadavia. A los 5 años. De ahí pasé a Olimpia, a los 10 años. Siempre al arco. Arranqué por un primo que jugaba en Bancaria. Cuando entré a la cancha, con el equipo de arquero puesto, ya sabía que de ese lugar no me iba a ir más.
– ¿Por cuáles otros clubes pasaste?
– Por UVT. Después estuve jugando una temporada, poco más de cinco meses, en un equipo de Angola. En uno que se llamaba Primero de Agosto.
– ¿Qué me decís de Angola?
– Es una experiencia única. Encima cuando fuimos nosotros hacía muy poquito que habían salido de la guerra civil. El país estaba destruido. Además ellos son muy agresivos. Vivía en el Dream Space, un hotel que es un lugar de otro mundo ahí en Angola. Me fui con Fabián Mazzocchi, con Mariano Velázquez y después fue el Panchito (Velázquez). El Pancho llegó dos días después que nosotros. Le habían robado el bolso así que le improvisaron patines y otras cosas. Igual, cuando jugó, la rompió. Ahí entendí que era un grande.
"En la parte física, los sanjuaninos nos hemos quedado un poco. Yo creo que en ese aspecto es donde los mendocinos nos están superando. Fijate lo que son los jugadores de Murialdo. Unos roperos. Y eso en la cancha se siente".
– ¿Y ahí dejaste de jugar?
– Volví, estuve un tiempo en Caucetera y después dejé.
– ¿Ya vivías en Caucete?
– Sí. Trabajaba como entrenador de arqueros en Caucetera y también con la Escuelita. Me casé y me fui de mi casa paterna. Ahí ayudaba a mi viejo en el parripollo. Bueno, ahora lo sigo haciendo, aunque sólo los fines de semana.
– ¿Estuviste en otro lado?
– Sí, dirigí a las chicas de la UVT por 6 años.
"Dirigir Primera División es distinto a dirigir a los chicos del Seleccionado Sub-20. En la Selección los jugadores están al 100 por ciento. En un club tienen además otras obligaciones. ¿Si me gustaría seguir en la Selección? Totalmente".
– ¿Y lo de la Selección argentina Sub-20?
– Un proyecto que iniciamos con Eduardo Quiroga y Carlos Mercado. Y nos terminamos yendo a China. Una experiencia fantástica. Todo lo que aprendés sirve porque es distinto a todo. Además con un grupo espectacular de chicos.
"En Caucetera estoy muy cómodo. Arrancamos con un plantel y con el tiempo fuimos variando pero siempre seguimos con la misma idea. Acá los chicos dan todo. Son parecidos a los de la Selección Sub-20".