-¿A qué edad comenzaste en el rugby?
-A los 8 años, en la Universidad porque mi mamá era profesora de la Facultad y entonces me llevaba a El Palomar para que hiciera algún deporte. Fui un año y dejé. Después volví al rugby a los 15, ahí sí ya en Huazihul. Me fui a probar por pedido de un amigo, Rodolfo Rodríguez, y desde entonces no largué más.
-¿Debut en Primera del club y en la Selección sanjuanina?

-Con 18 años estaba en el plantel mayor y a los 20 me consolidé en la categoría superior. Me llamaron por primera vez a la Selección con 21 años y ahora se viene este nuevo Argentino.
-¿Es el último?
-Sí, es algo que tengo decidido y masticado. Quiero dejar yo a la Selección y no que dejen de llamarme porque ya no soy útil o capaz de aportarle cosas. Me quiero ir con una buena imagen de la Azul. También sirve para darle espacio a los chicos que están haciendo bien las cosas. Igualmente, en el club pienso continuar una temporada más.
-También sos árbitro.
-Desde hace cinco años que hice el curso. Me tocó dirigir muchos partidos en Juveniles, pero este año tuve varios encuentros en Primera. Entendés un poco mejor el juego y comprendés a los árbitros cuando hay jugadores que protestan cualquier cosa.

-¿Salinas es un obsesivo del rugby o no tanto?
-Me gusta mucho, me apasiona. Soy de ver partidos de seven o de quince y busco aprender. Grabo partidos y los adelanto y atraso para ver los movimientos tácticos. En ese sentido, el Lechón (Ricardo) Marinelli fue muy importante para mí y muchos jugadores más por las cosas que nos marcaba del juego, que en ese momento no eran habituales. Te hacía ver por qué una cosa o por qué la otra.

-De pibe eras inquieto, ¿hiciste muchos deportes?
-Bastante. Básquetbol, karate, me gustaba mucho correr y siempre fui rapidito. Pero donde jugué tres años fue en las inferiores de San Martín: tuve de compañeros al Coqui Chica, el Pelado Daniel Díaz y al Pachi Pascual, ese sí que era veloz (sonríe).
-¿A qué te dedicás en tu vida laboral?
-Trabajo en el área de sistemas informáticos de una bodega y espero poder sacar el título ahora que estoy cursando en un instituto privado. Es más que nada para cumplir una meta a nivel personal, confío en lograrlo.
-En tu vida privada, ¿cómo es el estado civil del Checho?

-Estoy conviviendo con Natalia desde hace dos años y ya llevamos cinco como novios. Nos conocimos por intermedio de la esposa de un compañero en Huazihul como es Pablo De la Plata y acá estamos. Muy bien juntos y con el proyecto de poder construir dentro de poco nuestra propia casa.
-¿Casamiento, hijos, ya tenés 35?
-Sí, ella tiene 30. Muchas veces me pasa que cuando vamos a reuniones en el club o con amigos, la mayoría ya es padre y se casó. A nosotros ya nos llegará, aunque sabemos que el tiempo pasa (sonríe)…