La perseverancia, la convicción, la actitud tienen siempre su premio. Y tal vez sea por eso que Rosario Central abrazando todas esas banderas logró meterse en las semifinales de la Copa Argentina 2015 tras comenzar perdiendo muy temprano con Estudiantes de La Plata. Es que el Canalla nunca renunció a su filosofía para hacer el fútbol que siempre pregona y aún en la desesperación inicial de haber arrancado perdiendo ante de los 10’ por ese cabezazo solitario de Israel Damonte, Central siempre apostó a lo que siente: pelota al piso, mucho juego y gran sentido ofensivo en todos sus movimientos. Ese fue su premio que recién pudo consumarlo en los últimos 20’ de partido cuando parecía que no se le daba. Primero, aliandose con la fortuna y la mala elección del arquero Hilario Navarro que se equivocó en un remate del recién ingresado José Luis Fernández y luego, con la aparición de su artillero, Marco Ruben para terminar una electrizante contra. Así, Central lo dio vuelta. Por méritos propios y por esa destacable vocación de jugar siempre a ser Rosario Central.

No fue bueno el comienzo porque Estudiantes lo castigó en la primera que tuvo. A los 9’ de un córner desde la izquierda, el laboratorio del Pincha le dio frutos cuando cortinaron a Damonte para que el platinado volante metiera el cabezazo goleador. Era 1-0 en la primera llegada y negocio redondo para Estudiantes que lo podía definir de contra. Rosario le respondió jugando y Jonas Aguirre tuvo el empate pero no pudo con el achique de Navarro.

En el complemento, Rosario se acordó de ser Central y redobló la apuesta desde el banco de suplentes con los ingresos de Marcelo Larrondo y de José Luis Fernández para tener más potencia. A los 16’ avisó el propio Fernández y a los 25’ ese anticipo se convirtió en empate cuando el propio Fernández metió el remate al corazón del área pero se fue cerrando al primer palo y Navarro cometió el error de su vida al dudar para resolver esa pelota. Fue gol y empate 1-1 como para que se abriera otra vez el juego. Estudiantes tuvo que salir un poco más y Rosario Central tendría esos espacios que lo hacen tan temible en contra. Porque a los 30’, la recuperaron en el medio, salieron rápido con Fernández y llegando por la derecha, el capitán Marco Ruben la clavó en el arco para poner el 2-1 con 15’ más de partido por delante para ver cómo Estudiantes lo resolvía. No hubieron demasiadas ideas en el Pincha y Central se acomodó como para poder sentenciarlo con más espacios todavía. No lo conseguiría pero ya había sacado esa ventaja que lo puso otra vez en semifinales después de haber dado vuelta una historia que comenzó mal muy temprano.