En todos los deportes, siempre el arco resulta el puesto más ingrato. Sobre todo porque en las derrotas el arquero es -en la mayoría de las veces- quien recibe las criticas. A pesar de todo eso, Ignacio Castro no se arrepiente de la elección que tomó cuando cambió su puesto de jugador de cancha para pasar a defender los tres palos en Lomas de Rivadavia. El conjunto del Barrio Fortabat lo vio nacer hockísticamente. El pibe, que hoy tiene 11 años y da un año de ventaja en la categoría Infantil, comenzó a jugar a los 3 años y no paró más.
Desde ahí el chico se apasionó con el deporte y recién hace unos tres años optó por pasar a defender el arco. No fue fácil la decisión de sus padres por esto mismo que requiere ser arquero, pero le dieron todo el apoyo al pequeño y hoy por hoy se afianzó en ese lugar, siendo el único arquerito con el que cuenta esa categoría y siendo clave en la final disputada ante Unión, donde Lomas se consagró campeón del Torneo Infantil en Olimpia hace unas semanas.
"La figura fue el equipo. Con mis compañeros nos conocemos muy bien y todos somos clave" contó el chico resaltando el trabajo en equipo de Lomas. Precisamente su papá se encargó de afirmar esa unión que existe en el club rivadaviense: "Lomas es un club que trata de integrar a todo el mundo y se les inculca valores a los chicos como la unión, si los chicos perdían ese día seguramente iban a llorar 5 minutos pero al ratito iban a estar jugando porque son chicos, eso es lo que debemos entender los padres", expresó acertadamente su papá quien agradeció el trabajo de los entrenadores de arquero con los que cuenta el club: Franco Scarso y Alfred Bridge.