Merecido. Deportivo Carpintería vivió su día de gloria en el Bicentenario pese a la derrota final. Una postal para el recuerdo de todo un pueblo detrás de su equipo.

Era la gran fiesta que se merecían. Por ese dolor del descenso, por esa enorme campaña en este Torneo de Verano, el Deportivo Carpintería quería mostrarle al mundo del fútbol sanjuanino que no le quedaba grande ser de Primera. Y así, lo entendió su gente. Micros, autos, motos, todo sirvió para llegar a la Popular Sur del Bicentenario y vestir de celeste ese sector del Coloso de Pocito. Banderas, bengalas, humo, camisetas le pusieron colorido de final al partido que finalmente fue dura derrota ante el campeón Colón Junior. Pero su propio entrenador Cristian Molina lo había dicho antes: debía servir todo para aprender. Y Carpintería además de aprender, enseñó. Enseñó que se puede perder o ganar, que hay que respetar al rival y que hay que ser mejor perdedor que buen ganador. Se llevaron la fiesta. Demostraron un amor incondicional por esos colores que estuvieron cerca de ser campeones cuando ya estaban descendidos.

Del otro lado, la fidelidad enorme del pueblo merengue volvió a ratificar esa condición. Tal vez con menos gente en la Popular Norte pero con todas las emociones y varias generaciones mezcladas en la Platea. Colón volvió a vivir en su gente. En esos apellidos que no se olvidarán como los Carbajal, los Agudo, los Guevara. Todos estuvieron en el Bicentenario para recuperar esa admiración por el Merengue y para renovar la devoción por una ilusión de ser campeones.

Fue la fiesta del fútbol de San Juan. Sin incidentes, con absoluto respeto. Con la lección bien enseñada de que cuando se quiere, se puede. Se vendrá ahora la Superfinal del domingo próximo y el desafío volverá a ser el mismo: vivir una fiesta. Lo demostró Carpintería, que perdió. Lo respaldó Colón, que ganó.

 

> Alianza gritó campeón en 4ta

 

Lechuzos. Atlético Alianza vivió un momento feliz en la previa de la gran final quedándose con el título en Cuarta División.

 

El futuro de Atlético Alianza parece allanado. Una generación de nombres que apuntan a darle sustento a las pretensiones lechuzas de recuperar protagonismo, ratificó ese porvenir con la conquista del título en Cuarta División después de vencer por 1-0 a Sportivo Desamparados con un gol de Nicolás Manrique. Un nombre como el de Manrique que ya tiene fogueo en Primera División pero que es futuro puro y que jugó la final en Cuarta para demostrar que son el futuro. Agustín Ramos, Blas Díaz y varios más son el porvenir que Atlético Alianza ya atesora y deberá potenciar en el 2020 para recuperar esos momentos de grandes glorias no tan lejanas. Fue final ajustada contra Sportivo pero merecida por la capacidad para resolver la que tuvo.