Raro en él. Carlitos Tevez es un jugador que si de algo se caracteriza es de su entrega. Puede que brille o no, pero siempre está ahí. Metiendo. Preocupando a un rival. Discutiendo. Forzando alguna infracción. Ayer, en cambio, en el estadio "Del Bicentenario", estuvo sólo su ropa. Tal vez también su brazalete de capitán Xeneize en uno de sus brazos. Pero su cuerpo pareció estar en otro lado. De no ser por un par de pinceladas y de un esporádico tiro al arco, nadie se hubiese enterado que "Carlitos" estuvo en la cancha jugando la semifinal con Racing.
Siempre serio. Sin siquiera ánimo de discutir. Deambuló por la cancha. No se mostró como enlace (tarea que sí hizo Cardona hasta que se fue reemplazado) ni tampoco como delantero de punta. No buscó asociarse con nadie y careció de chispa al menos para buscar una buena posición para recibir. A la hora de marcar, ni hablar. Cuando veía que la pelota no le llegaba, no se preocupaba por la recuperación.
Era otro Tevez. Nunca le transmitió seguridad a sus compañeros, una de sus cualidades para reforzar la actuación de varios. Y, si bien es cierto que todo Boca jugó mal, él nunca encontró el rumbo de la semifinal.
Y para cerrar una actuación flojísima, cuando le tocó ejecutar el penal lo terminó estrellando en el travesaño. Después de fallar caminó cabizbajo de vuelta a la mitad de la cancha. Sólo tuvo fuerzas después para alentar a González cuando también este erró su penal. ¿Serán los últimos momentos de Carlitos en Boca?
"Tuvo mala suerte"
Tato Aguilera, periodista de TyC Sport, mientras bajaba por la tribuna para seguir su trabajo post partido y se aguantaba estoicamente cantos a modo de cargada de un grupo de dirigentes de la Academia, dijo. "Fue un partido chato. Boca no jugó bien pero Racing tampoco hizo tantos méritos como para ganar. Y en los penales, Tévez tuvo mala suerte…".