Al ecuatoriano Richard Carapaz (INEOS Grenadiers) le alcanzó ayer con arribar en el mismo grupo que el australiano Jay Hindley (BORA) y el español Mikel Landa (Bahrain-Victorius), en la antepenúltima etapa de la 105 edición del Giro de Italia, para mantener su posición de líder de la competencia.
El tramo de 178 kilómetros disputado ayer, entre Marano Lagunare y el Santuario di Castelmonte fue ganado por el
ciclista neerlandés Koen Bouwman (Jumbo-Visma), quien fue el más rápido de un quinteto que arribó con 3m56s de ventaja sobre el grupo donde llegaron el ecuatoriano y sus dos escoltas.
En dicha etapa que tuvo una excursión a Eslovenia y a un Kolovrat que se pensaba podía ser decisivo, los argentinos Eduardo Sepúlveda (Drone Hopper – Androni) y Maximiliano Richeze (UAE Team Emirates) arribaron muy distanciados del dueño del parcial.
Por otro lado, Mikel Landa (Bahrain-Victorious) fue quien puso algo de ganas entre los favoritos de la general. El vasco atacó, ganó unos metros y parecía que podía irse en solitario. Jai Hindley esperó, Richard Carapaz esperó, pero al final el ecuatoriano se cansó de la sangre fría del ‘aussie’ y decidió que a Landa no podían darle ni un segundo de beneficio y lo neutralizaron.
Para muchos el triunfo de Bouwman fue polémico. Para otros, fue de astuto. La organización puso una curva cerradísima de 90 grados a 100 metros de la línea de meta y, como si de una carrera de MotoGP se tratara –este fin de semana hay GP de Italia en Mugello– Bouwman se puso primero, ganó el interior de la curva y, en esa maniobra, cerró a un Mauro Schmid (Quick-Step) que tuvo que frenar, y siguió en línea recta. Peor le fue a Andrea Vendrame (AG2R) o a Attila Valter (Groupama-FDJ). Al italiano porque se vio bloqueado, sin trayectoria posible, por Schmid y se fue recto, comiéndose la cinta rosa que separaba la recta por la que iban de la curva cerrada que debían tomar.
Hoy se correrá una etapa muy dura entre Belluno y Marmolada, con 168 kilómetros y 4.490 metros de desnivel acumulado,
Si la carrera no se decide en la montaña, quedará todo para la crono de 17 kilómetros que cerrará esta edición de la ‘corsa rosa’ en Verona.