El boxeo volvió a vivir una de sus noches de gloriosas. Fue una de esas veladas que serán recordadas por muchos años. En el T-Mobile Arena de Las Vegas, el mexicano Saúl "Canelo" Álvarez le ganó al kazajo Gennady Golovkin en las tarjetas (114-114, 115-113, 115-113) y se consagró como nuevo campeón del peso mediano.

 

Luego de la pelea que terminó empatada en septiembre de 2017, los fanáticos esperaron un año para ver nuevamente al kazajo y al mexicano frente a frente. Y no decepcionaron. Fue un combate de mucho talento y, sobre todo, coraje. Era un evento con una carga emocional muy fuerte, por el doping de ‘Canelo’, las declaraciones y el cruce del pesaje.

 

Ambos comenzaron apoyándose en el jab para medirse. Ninguno atacó con determinación en el primer asalto, aunque la tensión era máxima en el ambiente y todo cambió en el segundo asalto, donde Golovkin y ‘Canelo’ se mostraron un poco más agresivos, con el mexicano siendo más efectivo en sus ataques.

 

Los dos peleadores siguieron el combate apostados en el centro del cuadrilátero (no se movieron de allí en toda la pelea). El ritmo comenzó a ir en aumento, ‘GGG’ soltó un poco más sus manos y ‘Canelo’ respondió con solvencia. Los ganchos del kazajo empezaron a ser más protagonistas y a falta de 30 segundos para el final cuarto asalto se vio un gran intercambio de golpes que dañó físicamente a ambos.

 

Llegando al mitad de la pelea, ‘Canelo’ ya tenía un corte en la ceja izquierda porque su rival atacaba con jerarquía pero no se detuvo. El púgil mexicano sabía que para alcanza la gloria debía mantenerse firme y seguir siendo agresivo.

 

Al ingresar en el sexto round, donde empezó a premiar la preparación física, ‘Canelo’ Álvarez pegó duro y con buena frecuencia para incomodar a un Golovkin que no escatimaba potencia en sus descargas. Y en el séptimo asalto, el kazajo logró encontrar la distancia perfecta para poner en aprietos al mexicano. No obstante, seguían ambos en el centro del ring, negándose a ceder protagonismo.

 

La pelea llegó a su recta final con ‘Canelo’ y Golovkin enteros, dispuestos a seguir golpeando. El kazajo tenía una leve ventaja por su capacidad de pegar duro en todo momento, atacando de forma constante y ofreciendo todo su potencial ante un ‘Canelo’ más agotado, dosificando sus puños, siendo menos atinado al momento de golpear. De hecho, el mexicano acortó distancias y hubo mucho choque de cuerpos.

 

 

Con tres rounds por delante, el púgil azteca solamente podía apostar por un nocaut o a prestarse al golpe por golpe. Hizo su último esfuerzo al iniciar el décimo asalto y, cuando parecía que Golovkin se imponía por jerarquía, el mexicano ‘Canelo’ Álvarez convenció a los jurados con un último asalto a pura potencia y agresividad.

 

El T-Mobile Arena despidió de pie a los dos boxeadores, que ofrecieron su mejor versión y terminaron abrazados, ensangrentados, con la tranquilidad de haber dejado todo arriba del cuadrilátero.

 

Al momento de leer las tarjetas, y cuando el presentador de la pelea esbozó la frase "nuevo campeón", la esquina de ‘Canelo’ Álvarez estalló de euforia. El peleador mexicano consiguió arrebatar a sus rivales sus tres títulos mundiales de la categoría mediano -Consejo Mundial de Boxeo (CMB), la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y la Organización Internacional de Boxeo (IBO)- y consiguió un triunfo histórico.

 

 

"Es un gran peleador, pero en los rivales está la diferencia. yo no soy cualquier rival, soy de élite y aquí lo demostré", dijo ‘Canelo’ Álvarez mientras Golovkin se iba al vestuario ofuscado por el fallo, que puede ser controvertido, pero en realidad fue una pelea tan cerrada que merecería una tercera parte.