Bohemio por naturaleza. Amigo de los amigos, futbolero a muerte. Apasionado por lo que hace y poco afecto a las grande estridencias. Señas particulares y señales personales de José Bravo, el Pepe, el nuevo entrenador de Sportivo Desamparados que ayer en plena siesta y lejos de todo el circo actual, se puso al frente del Puyutano en un momento complejo, con un plantel que no armó y con las exigencias a cuesta de lo que la gente de Desamparados quiere: ganar siempre. Pepe Bravo tomó el mando luego de la salida de Francisco Panadero Del Valle, quien dejó su cargo por un problema familiar ligado a la salud de su madre y al magro comienzo en la temporada con un punto en dos partidos jugados.
’Uno ama el fútbol y esto es fútbol. Llegar a Sportivo es un paso grande y sé que tiene este equipo. Hay que ganar siempre y me acordé de una frase que dice que los técnicos de fútbol son los únicos a los que los velan parado. Y es así, acá es rendir examen siempre pero no olvido jamás que esto es un juego’, destacó Pepe.
Luego de esa suerte de declaración de principios, Bravo se metió en la realidad actual de este Desamparados: ’Hay muy buen plantel y nuestro trabajo será potenciarlo, redescubrir lo que tienen todos. Uno como entrenador puede aportar cosas pero la gran verdad en la cancha es de los jugadores y uno los respeta. Hay que reordenar, dar de nuevo y hacerles ver a todos los futbolistas que son importantes en este proyecto. Desde lo táctico, uno hace sus elecciones pero siempre están atadas al plantel, a lo que puede generar. En estos primeros días vamos a ver cómo están todos y cada uno para luego ir avanzando. Quiero ver cómo están los chicos que tenían algunas dolencias como Nico Molina, Federico Turienzo y Nicolás Sottile. Recupero eso si a Federico Amaya que es muy importante para cualquier equipo. En fin, hay que ver. Trabajar con calma y buscar la recuperación anímica de todos porque este grupo se armó para apuntar bien alto’, subrayó.
Para Bravo, el plantel no es desconocido ya que se reencontró con varios jugadores que dirigió en su último proceso en Villa Obrera como Federico Amaya, Sergio Galvez, Nicolás Molina, Renzo Grasso y Emmanuel Astudillo. El tema no se escapó al análisis del Pepe: ’Nos conocemos todos en este ambiente y los chicos me respondieron más que bien en la Villa así que eso respalda la pretensión que uno tiene para Sportivo’, tiró.
Finalmente, Bravo se detuvo en las necesidades de Sportivo: ’Es un grande y las presiones son grandes. Como debe ser. Uno quiere ganar siempre y llevar a Sportivo a lo más alto pero tenemos que trabajar y trabajar para que se pueda dar’, cerró.

