Está en la recta final de su rica y dilatada carrera profesional. Ha fijado el 9 de abril, cuando se dispute la París-Roubaix, clásica que ganó en cuatro ocasiones e intentará hacerlo por quinta vez, como fecha de su retiro. Tom Boonen está disfrutando este momento y lo demuestra corriendo a su manera. "Fue muy lindo ganar aquí. Hoy me tocó a mí, ayer (por el lunes) a Fernando (Gaviria)", contó el belga de 1,92 metros de altura en la conferencia de prensa. "La etapa fue muy rápida y muy linda", expresó cuando se le pidió que definiera cómo fue el esfuerzo. 
Dijo que su equipo tiene muchas ganas de ganar la general. "La crono es corta y la montaña no es tan dura, iremos etapa a etapa, pero nos tenemos confianza", expreso. 

Contó que "le encantaba la pasión del público de San Juan y que en pocos lugares del mundo el ciclismo se vive de esta manera tan afectuosa" y afirmó que aunque venga de Bélgica, le encanta el calor y le gusta "correr con temperaturas elevadas". Es un grande que no tiene nada que demostrar, pero que sigue corriendo con la ilusión de un pibe. Su alegría la demostró en el podio, cuando se animó a regalar pelotas al público a "volea" pura.