Liquida. Pablo Pérez, volante de Boca, ya clavó el segundo gol de su equipo mediante un derechazo esquinado. En la Bombonera, el local mantuvo el cero en su arco y se impuso con una importante diferencia.

 

Por el partido de ida de los cuartos de final de la Copa Libertadores, Boca venció 2-0 a Cruzeiro y consiguió una importante victoria que lo deja muy bien parado en la serie. Así las cosas, el conjunto dirigido por Guillermo Barros Schelotto consiguió un gran triunfo que lo deja bien parado de cara al partido de vuelta el próximo 4 de octubre en Brasil y soñar así con las semifinales en la Libertadores.

Se trata del mismo resultado que el xeneize obtuvo en los octavos de final ante Libertad, de Paraguay, y luego liquidó la serie en Asunción con aquel 4-2 a su favor. De esta manera, Boca llega más que entonado al superclásico en la Bombonera el domingo.

El Xeneize presionó a la visita desde temprano, aunque no tenía claridad para conectar en los últimos metros y así poder abrir el marcador.

A pesar de esto, fue Mauro Zárate quien anotó el primero para los de la Ribera, tras una gran jugada con una asistencia de lujo incluida de parte de Pablo Pérez.

Así, con un sutil toque al segundo palo ante la salida del arquero Fabio, Zárate puso a Boca 1-0 arriba a los 36 minutos del primer tiempo.

Con ese tanto y con más sacrificio en la recuperación que elaboración de juego en ataque, el Xeneize se fue arriba en el marcador al descanso.

El equipo brasileño quedó claro que sólo llegó a Buenos Aires buscando hacer tiempo y tratando en caso de perder de hacerlo por la mínima diferencia.

Cruzeiro mejoró en el inicio del segundo tiempo y pudo haber encontrado el empate en una pelota que el colombiano Wilmar Barrios sacó sobre la línea con una barrida espectacular. Sin dudas, una jugada clave que podría haber marcado el desarrollo de la serie.

A pesar de ese sofocón en el inicio del complemento, Boca volvió a encontrar el control del partido con la presión y recuperación rápida del balón. El partido, sin embargo, tomó un giro inesperado cuando un golpe de Dedé con la cabeza al arquero del Xeneize Esteban Andrada derivó en una expulsión del jugador brasileño tras la intervención del VAR (ver aparte). El reclamo de los jugadores del conjunto dirigido por Mano Menezes no se hizo esperar y estaba más que justificado.

Con un jugador menos, todo se hizo cuesta arriba para Cruzeiro y más aún cuando el volante Pablo Pérez se encontró un mal rechazo de la defensa brasileña en la puerta del área y con un potente remate estampó el 2-0 final para el Xeneize cuando el reloj marcaba 37 minutos del complemento.

Luego de esto, el tiempo transcurrió sin mayores emociones y con el hincha de Boca feliz por la victoria.