Boca dio anoche un gran paso hacia la final de la Copa Libertadores de América, al vencer en la Bombonera a la Universidad de Chile por 2-0, en el partido de ida por las semifinales del certamen. El uruguayo Santiago Silva, a los 15’ del primer tiempo, y Juan Sánchez Miño, a los 9’ del segundo, anotaron los goles del equipo que conduce Falcioni.

La revancha se jugará el jueves de la semana que viene, en Santiago de Chile, y el vencedor pasará a la final junto con el ganador del cruce de los brasileños Corinthians y Santos (1-0 en la ida para el primero).

Boca desplegó su mejor versión durante los 20’ iniciales del primer tiempo: hubo presión efectiva sobre la salida del rival (buena tarea de Somoza y Erviti), Riquelme se hizo eje y el equipo de Falcioni llegó tres veces seguidas con peligro.

En las tres intervino Román: primero con un pase a Silva, que remató desviado; luego con un corner en el que Schiavi definió mal; y finalmente con una habilitación para Ertivi que sacó un remate por arriba del travesaño.

Hasta que en la cuarta rompió el cero: Mouche robó, desbordó por la derecha y envió el centro rasante; y Silva, ante cierta pasividad de los defensores, dominó, dio una media vuelta y sacó el zurdazo bajo para batir a Jhonny Herrera.

Con el 1-0, Boca bajó la intensidad, como si la presión inicial solamente fuera motivada por la necesidad de sacar ventaja. Ahí creció el visitante. La Universidad de Chile, que hasta allí había apostado al ataque por el lado de Sánchez Miño, se adueñó un poco más de la pelota. Sin embargo, no le alcanzó a los chilenos para acercarse con al arco de Orión. Hubo un buen tiro libre de Díaz que el 1 de Boca sacó y un remate cruzado de Rojas que se fue lejos del palo izquierdo.

Como argumento defensivo, en esta etapa inicial, la U mostró la inteligencia individual de sus hombres, pero la línea de fondo, en lo colectivo, dejó una imagen de inconsistencia que terminó justificando el resultado parcial.

Silva, Riquelme y Mouche, en ese orden, tuvieron el segundo gol en los primeros 5’ del complemento, la evidencia de que Boca salió, como antes, a arrollar al adversario. Y esta vez el gol llegó antes. A los 9’, con una combinación entre el Silva y Riquelme, terminó con un remate de Erviti que despejó Herrera y Sánchez Miño tomó el rebote y le dio forma a su venganza personal: 2-0.
La superioridad manifiesta del Xeneize obligó al DT visitante a tomar una decisión “defensiva” y dejó cuatro en el fondo. Boca volvió entonces a bajar la intensidad. Ahí se acabó el partido. La U terminó dando por bueno el resultado, con la esperanza de remontar en su terreno. Pero más por bueno lo dio Boca, que suele sentirse cómodo cuando va de visitante. Y está dos goles arriba.