Lo que comenzó como una chance, finalmente anoche se concretó: Boca y River se toparán en dos superclásicos en Octavos de final, pues el Xeneize finalizó como el mejor primero de la fase de grupos y el Millonario se ubicó como el peor de los equipos que ascendieron a esta instancia de la Copa Libertadores. Los cruces entre ambos se darán a comienzo del próximo mes (ver recuadro) a los que hay que sumarles el del torneo doméstico de Primera. Sin dudas, un condimento extra para la Copa Libertadores y que reedita lo ocurrido el año pasado entre ambos por la Copa Sudamericana,
Respecto de lo ocurrido anoche en la Bombonera, Boca venció por 2 a 0 a Palestino, de Chile, con lo que ganó el grupo 5 con puntaje ideal (18 unidades) y se convirtió en el primer equipo argentino en la historia de la Libertadores en lograrlo bajo esta modalidad.
El otro clasificado del grupo 5 a los octavos de final fue Montevideo Wanderers, que en Venezuela batió también esta noche a Zamora por 3 a 0 y finalizó con 10 puntos y una diferencia de gol de +1.
Los atributos que habían destacado a Boca hasta ayer parecieron desaparecer “como por arte de magia”, pero el hincha boquense advirtió el truco y se molestó con sus jugadores, porque el “fantasma” de un cruce con River en octavos estaba más instalado en la colmada Bombonera que el partido ante los chilenos en sí.
Durante el primer tiempo las dos mejores opciones fueron para el digno equipo dirigido por el técnico argentino Pablo Guede.
Un disparo de media distancia de su armador Leonardo Valencia llegó después de que Diego Rosende cabeceara al gol un centro del mencionado volante desde un tiro de esquina de la izquierda que Leandro Marín salvó sobre la línea de sentencia. Esas fueron las acciones más peligrosas que se registraron en la etapa inicial. Claro que en la marcha hacia los vestuarios, el arquero Agustín Orión cuestionó ampulosamente a Marín por una jugada, lo cual provocó cierto revuelo antes del descanso.
Hasta el bajón de energía que interrumpió el juego a los dos minutos del segundo período pareció un correlato de lo anterior. Pero después de ocho minutos de ‘oscuridad‘ empezó de a poco otro partido, ya que Boca comenzó a generar situaciones. Aunque la catarata de acciones de riesgo cayó en el cuarto de hora final y la mayoría de ellas estuvieron en los pies del ingresado Guido Vadalá, aunque los dos goles sobrevendrían del Marín vilipendiado por Orión, que cabeceó un córner de Gonzalo Castellani, y Jonathan Calleri con un derechazo bajo. Previamente el ingresado Jorge Guajardo estuvo a punto de poner en ventaja a Palestino, que buscó siempre ganar el partido para clasificar, pero definió el mano a mano de que dispuso ante Orión muy alto sobre el travesaño. Por eso la hinchada boquense se fue feliz, despejó dudas y se dedicó a cantarle a River, su próximo escollo.

