Todo sirve, todo suma. En plena etapa de construcción del nuevo modelo que intentará potenciar lo que ya ganó casi todo en el 2015, el nuevo Boca empezó derecho en San Juan ganándole por 3-0 y a media máquina a un limitado Emelec de Ecuador que amagó con hacer mucho más en el primer tiempo que lo que entregó en el complemento. A Boca, le alcanzó con la frescura que le pusieron los pibes que Arruabarrena mandó a la cancha en el complemento y nombres como Alex Messidoro o Cristian Pavón terminaron siendo la llave del éxito para el primer partido de la temporada en un año más que especial para el actual campeón argentino.
Boca, con su formación casi ideal, no pudo soltarse nunca en la primera parte. Excepto un par de encuentros entre Lodeiro y Carlitos Tevez, el resto de esa primera parte no ofreció demasiadas cosas para el análisis. Emelec intentó jugarlo bien arriba, presionando en la salida pero sin tener argumentos ni juego profundo como para lastimar a un Boca que no pasó demasiados sobresaltos a excepción de la aparición solitaria del recién ingresado Bucharo cuando iban 20’ de juego y no pudo definir ante Orión. Boca se acomodó mejor en el tramo final de esta primera etapa y en el cierre mismo tuvo la gran chance de abrir el marcador cuando Pablo Perez cabeceó a las manos de Dreer un centro que lo encontró más que solo. En el complemento, Arruabarrena empezó con cinco cambios. Sacó a la defensa, reacomodó el medio y con Messidoro por Cubas como volante central, empezó a ganar en serio en la cancha. El pibe debutante fue el responsable de abrir el marcador cuando ya era sostenido el dominio boquense. A los 13’ Messidoro encaró por el callejón central, amagó, se abrió a la derecha y metió el remate cruzado para dejar sin chances a Dreer. Ahí empezó el final del partido porque dos minutos después, Cristian Pavón que había ingresado por Tevez, convirtió el segundo tanto en la primera que tocó. Liquidado todo porque Emelec no tuvo respuestas y Boca se asentó definitivamente tanto que el técnico decidió mandar los otros cinco cambios que le quedaban a mano para darle juego a todos en plena pretemporada, demostrando el verdadero sentido de este amistoso. Parecía que se terminaba con el 2-0 pero había algo más cuando en el final, el Pachi Carrizo cabeceó al gol. La primera prueba de Boca en este 2016 terminó con el signo positivo de saber que el modelo está, que hay nombres para sostenerlo y que solamente con el correr de los partidos se terminará de consolidar el funcionamiento que todos quieren. A media máquina, con la frescura de sus chicos, terminó redondeando otra visita feliz.