El entrenador argentino del Athletic Bilbao, Marcelo Bielsa, subrayó que tiene fuerzas para seguir en el cargo, luego de la dolorosa caída 1-3 en el clásico ante la Real Sociedad, el pasado viernes por una nueva fecha de la Liga española de fútbol. Con la caída, los Rojiblanco quedaron a seis puntos de la zona del descenso. “Sinceramente, no me gusta hacer ostentación de fortaleza, pero sé de que se trata y lo afronto con la mayor entereza posible. Es mi oficio, hace treinta años que lo hago y no es novedoso para mí. Esto lo he pasado infinidad de veces y espero, humildemente lo digo, nuevamente poder superar este mal momento que atraviesa el equipo”, destacó el Loco, aunque confesó que se siente “responsable” de la situación.

“Cuento con recursos futbolísticos suficientes, la disposición de los jugadores a la línea propuesta por el conductor está y el apoyo que necesita un entrenador desde el interior del club es el necesario. La responsabilidad es muy seria y no puedo sentirme bien. Sabemos que con este mal resultado, la situación se torna algo más compleja, pero para nada irreversible”, sostuvo el ex técnico de la selección Argentina.

Sobre el partido del pasado viernes, en tanto, afirmó que el empate parcial logrado por Griezmann poco después del 1-0 de Ibai Gómez ‘no ha sido un factor determinante‘ porque un equipo ‘tiene que estar preparado para todas las alternativas que presenta un partido‘ y que ‘no había motivo para que desapareciera la superioridad que habíamos transmitido‘.

‘No tengo nada que decir, lo he dicho todo sobre el mismo tema muchas veces. Eso se ha convertido en un problema en si mismo que no he logrado que se resuelva. Jugamos bien en la primera parte y dejamos de hacerlo en la segunda‘, expresó el entrenador. Y, en el final, prefirió no referirse a la actuación del arquero Raúl Fernández, responsable en los dos últimos goles.

Claramente esta temporada el equipo que dirige Bielsa no es el mismo de la anterior, cuando disputó la final de la Copa del Rey y también el partido decisivo por la Europa League, aunque en ambas ocasiones terminó siendo derrotado por el Barcelona de Lionel Messi y el Atlético Madrid de Diego Simeone, respectivamente.