Una hora de conversación. ¿Resultado? Nulo. O mejor dicho, negativo. Carlos Bianchi volvió a ratificar su ‘no’ para ser el sucesor de Carlos Ischia como técnico de Boca, quien justamente ayer se manifestó feliz si asume Bianchi ahora y al mismo tiempo molesto con la decisión de los dirigentes de, según él, despedirlo (ver aparte).
Aunque el Virrey jamás dio en éstos días alguna señal que pueda modificar su postura, los dirigentes piensan volver a intentarlo la próxima semana. Y en algo que suena a un pedido del técnico más ganador en la historia de Boca, elaboraron un afiche pidiendo "sólo aliento" para el choque de mañana en la Bombonera con San Martín de Tucumán.
Ayer por la tarde, junto a Bianchi se reunieron el presidente de Boca, Jorge Amor Ameal, el tesorero, Daniel Angelici, y el secretario, Rómulo Zemborían. Estos tres directivos cuentan con el aval de la Comisión Directiva para convencer al ex goleador de Vélez, como límite hasta el próximo el 11 de junio. Más allá de distintos intentos, frustrados hasta el momento, la suerte parece echada para quienes pretenden ver a Bianchi nuevamente en el banco del club de la Ribera.
Incluso, ni el aval dado ayer por su ex ayudante de campo, Carlos Ischia, parece que modificó su posición. Además, desde el entorno de Bianchi ya aseguran que los pocos pelos que tiene se le están comenzando a parar. Más aún si se tiene en cuenta que hoy algunos hinchas tendrían pensando hacer un banderazo en su lujosa casa de Barrio Parque, en Capital Federal, para que tenga su tercer ciclo en el club. Por las dudas, Bianchi y su mujer, Margarita, decidieron irse a un country donde vive una de sus hijas.
Justamente la bandera colocada el jueves en Casa Amarilla ("Bianchi si querés a Boca asumí ya como DT"), dicen que fue la gota que rebalsó su paciencia. Por eso le habría pedido a los dirigentes que dejen de consultarlo por si cambia de posición. "Se está enojando", contó uno de los allegados al DT. Poco ameno a las presiones, hasta algunos comienzan a suponer que esta campaña por hacer que tome el mando podría tener un efecto rebote y provocar un portazo-papelón del Virrey.
Un rumor que también circuló ayer es que el cónclave se dio para tratar los dichos de Ischia por la mañana, algo que no cayó bien en los dirigentes que incluso habrían pensado en suspenderlo y no hacerlo dirigir mañana. Aunque esta situación parece ser poco probable teniendo en cuenta justamente la postura de un tal Carlos Bianchi.

