El ciclista irlandés Sam Bennett (Bora-Hansgrohe) ganó ayer el embalaje que definió la segunda etapa de La Vuelta a España, de 175,1 kilómetros entre las ciudades neerlandesas de "s-Hertogenbosch y Utrecht, mientras que el neerlandés Mike Teunissen, que fue cuarto, se vistió con la malla roja que tenía su compatriota, y compañero del Jumbo-Visma, Robert Gesink.
En una jornada sin incidencias durante casi todo el recorrido, los cinco fugados del día, quienes llegaron a tener más de cuatro minutos de ventaja, quienes fueron neutralizados a 60 kilómetros de la meta, por una implacable persecución que comandó el equipo Alpecin. Desde allí el pelotón empezó a preparar su llegada masiva a Utrecht. Y la carrera se terminó decidiendo en la larga recta de meta, donde Bennett consiguió reinar en el sprint final.
El tres veces campeón de La Vuelta Primoz Roglic (Jumbo-Visma), que entró con el primer grupo, defendió su liderato encubierto por su compañero Robert Gesink, el primer líder de la "grande" española. Aunque ahora la malla roja pasa a manos de otro corredor de la escuadra neerlandesa, como es el caso de Teunissen, quien acabó en cuarta posición el sprint final por detrás de Bennett, Mads Pedersen (Trek-Segafredo) y Tim Merlier (Alpecin-Deceuninck).
La ronda española continuará hoy con la celebración de su tercera etapa, y última en tierras neerlandesas, de 193,2 kilómetros en la localidad de Breda. Una jornada completamente llana con llegada al sprint asegurada, donde los corredores rodarán por un terreno más propio de las Clásicas del norte que de las carreteras españolas por las que discurre habitualmente La Vuelta.