Belgrano de Córdoba sumó ayer su primer triunfo en el certamen Final, al ganarle agónicamente a un Colón de Santa Fe en declive, por 2-1. En el estadio Mario Alberto Kempes de la capital cordobesa, el conjunto Celeste desniveló a poco del final, con un remate desde fuera del área del volante Martín Zapata.

El ex mediocampista de Unión de Santa Fe y All Boys, cuando ya había sumado su quinta amarilla consecutiva (la misma que lo privará de jugar el partido de la semana entrante con Newell‘s), sacó un disparo fortísimo que se coló en el ángulo del arco de Bailo.

Belgrano había establecido la apertura del tanteador, a los 39m. del primer período, con una conquista de César Pereyra, que aprovechó una cesión de Melano, y definió por encima de la cabeza del arquero visitante. Colón, eliminado a mitad de semana por Copa Argentina por Platense en Catamarca, había igualado provisoriamente, por intermedio de Emmanuel Gigliotti, a los 11m. de la etapa final.

El conjunto santafesino tomó la iniciativa desde el comienzo, aunque a esa mejor disposición táctica le faltó, básicamente, definición. De hecho, Gigliotti, a los 27 y 30 minutos, tuvo dos chances claras para batir a Olave. En la primera, el guardavallas de Belgrano respondió con criterio y en la segunda, el remate del ex San Lorenzo salió cruzado, apenas afuera.

En esa primera parte, al Celeste le faltó conducción, buena circulación de pelota. Y en una de las pocas maniobras que hilvanó convincentemente, el local festejó. A los 39’, Melano recibió sobre la izquierda y abrió el balón hacia la derecha, en donde la recibió el Picante Pereyra. El ex Unión, casualmente, metió un remate de emboquillada, por encima del cuerpo de Bailo, y concretó la apertura.

En la segunda parte, Colón adelantó filas y a los 11m. llegó a la igualdad, con una anotación de su arma letal, el goleador Gigliotti. Siguió jugando en campo contrario el elenco Sabalero, aunque sin inquietar demasiado. Belgrano se sentía más cómodo, jugando de contra.

El empate parecía sellado. Hasta que Zapata tomó una pelota en la zona central, perfiló la mira y la clavó en el ángulo para desatar la algarabía del pueblo Pirata y la desazón santafecina.