El Barcelona empezó con Lionel Messi en el banco. Koeman decidió darle descanso por una molestia pero después de los primeros 45 minutos y el 1-1 ante el Betis, lo mandó a la cancha. Tres minutos después consiguió devolverle la ventaja. Desborde y centro de Jordi Alba y el rosarino hizo lo suyo: una asistencia sin tocar la pelota. ¿Cómo? Engañó a todos y dejó pasar la pelota y atrás Griezmann anotó solito el 2-1.
Y, al ratito, el propio Leo hizo el 3-1. Anotó nuevamente de penal, con una gran ejecución arriba. Y llegó al doblete y el segundo ¡fue de jugada! Taco de Sergi Roberto y fulminó a Bravo para el 4-2. Enseguida metió su hat-trick, pero fue anulado por un offside. El partido estuvo abierto por que el Barsa tiene dos caras y es flojísimo en defensa. Los verdiblancos llegaron al 2-3 con 10 jugadores. Y al final, el pibe Pedri liquidó todo con el 5-2.
Para el francés fue una revancha. Venía haciendo un buen partido pero no podía concretar. En el PT falló un penal, que en realidad fue atajado por Claudio Bravo. El Barsa se había puesto en ventaja con un golazo de Ousmane Dembélé: enganche, zurdazo y al ángulo. Y sobre el final del primer tiempo el Betis llegó al empate en una jugada perdida que el paraguayo Antonio Sanabria transformó en el 1-1. Hasta que entró Messi y construyó una goleada para el equipo.