Con otra notable actuación de Lionel Messi, Barcelona goleó por 3-0 al Liverpool en el Camp Nou y dio un paso gigante en busca de la final de la Champions League.

 

El primer tiempo no dio respiro. Fue de ida y vuelta, frenético, con los dos equipos bien metidos en el partido. Sin grandes situaciones, debido a que a los dos también les faltó poner el freno en el área rival.

 

De entrada, polémica. Messi la peleó en el área, Matic paró en esa lucha la pelota con la mano pero el árbitro consideró que no era penal (tampoco fue a ver la jugada al VAR).

 

Cuando el encuentro llegaba a los 26 minutos, Jordi Alba recibió por la izquierda, sacó rápidamente el centro y Luis Súarez anticipó al arquero Allison Becker para abrir el marcador.

 

El arranque del complemento tuvo al Liverpool como protagonista y Marc-Andre Ter Stegen como el culpable de que el encuentro no se emparejara en el marcador. El arquero alemán se lució en varias ocasiones y la mejor fue ante Salah.

 

Liverpool llevaba al Barcelona a jugar un partido que pocas veces tuvo que jugar, metido en su campo, pero el equipo español en otra inspiración llevó a dos la diferencia.

 

La comandó Messi, tocó en profundidad para Sergi Roberto, la pelota derivó para Suárez, el travesaño evitó el segundo tanto del uruguayo y el rebote lo tomó el rosarino para aumentar la ventaja sin ningún tipo de oposición. Iba media hora.

 

Liverpool sintió el golpe, Barcelona vio la sangre y le dio una nueva estocada. Y fue otra por Messi. Ahora, la Pulga ejecutó otro enorme tiro libre y la clavó en el ángulo derecho del arquero brasileño. Tremendo golazo.
 

Barcelona se salvó de milagro del descuento, que hubiera sido importante por el gol de visitante, y Liverpool se salvó del cuarto en la última jugada. En una semana se define todo. Si es que ya no está definido.